martes, 24 de noviembre de 2009

El sacamantecas está de vuelta



De niños nos asustaban con el sacamantecas. Había que comer lo que teníamos delante aunque fuese sin ganas, debíamos ser buenos y no alejarnos de casa. Poco a poco nos fue llegando el desencanto al arrumbar los mitos buenos, como los reyes magos, o temibles, como el hombre del saco o el sacamantecas. Porque incluso los monstruos son atractivos para la imaginación de un niño. Pues bien ahora resulta que el sacamantecas existe (se habla incluso de su existencia histórica) y es tan terrorífico como imaginábamos.

El sacamantecas actual es una banda de delincuentes peruanos, los pisthacos del Huallaga, que actuaban como una secta religiosa y a quienes se atribuye una vasta carnicería con el fin de extraer grasa humana de sus víctimas. Se abunda en una leyenda urbana más, la grasa se utilizaría en Europa para elaborar cosméticos. La Policía tiene pruebas de que la banda asesinó al menos a un hombre de 27 años en septiembre para extraerle su grasa. Los detenidos, cuatro peruanos y dos italianos, dicen haber matado a cinco personas y que el pasado 16 de septiembre secuestraron a su última víctima, a la que quitaron la vida cortándole el cuello. Pero podría haber entre 60 y 200, todos campesinos de las regiones andinas de Huánuco y Pasco que han ido desapareciendo en los últimos treinta años.

Los datos son peores que los que imaginaba el niño o puede soñar un guionista de películas de terror. 17 litros de grasa humana almacenada en botellas, en una casa de campo de Huánuco. Uno de los detenidos confesó cómo extraían el preciado fluido. Las víctimas eran primero decapitadas y luego colgadas de un gancho. Colocaban velas debajo del cuerpo para hacer gotear la grasa, que también se extraía del tórax y los muslos cercenados. Luego, enterraban o tiraban los cadáveres a un río tras concluir sus trabajos. El producto obtenido era vendido a 15.000 dólares el litro a fábricas de cosméticos, dicen que dice el imputado. Los fabricantes de perfumes y cosméticos aseguran que la grasa de origen humano no es muy adecuada para sus cosas, ya que puede ser un medio de transmisión de enfermedades. Por tanto no se explican quien puede comprar semejante líquido.

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