lunes, 19 de octubre de 2009

Manifestaciones


¿Qué habría sido de la historia social del XIX y XX sin las grandes movilizaciones obreras? ¿Qué valor habría tenido la protesta del nunca mais contra los vertidos dirigidos del Prestige si se hubiese contado a sus manifestantes? ¿Cómo se habrían desarrollado las reconversiones de la gran industria en tiempos recientes, los de los gobiernos de Felipe González (altos hornos, minería), si la movilización se hubiese visto reducida a pura contabilidad? ¿Y el significado de los grandes acontecimientos históricos -así lo dicen historiadores respetados- como la llegada del Tarradellas exiliado a Barcelona, las grandes manifestaciones en Madrid y otras ciudades después de cada atentado terrorista o tras el 11-M, qué sería de ellos si los noticieros los hubiesen reducido a un número preciso?

Ahora toca medir con celo contable el número de manifestantes que protestan en Madrid contra la nueva ley del aborto. Primero fue la página del manifestódromo, haciendo un cálculo de personas por metro cuadrado, desmintiendo con sus comentarios su supuesta imparcialidad. Ahora llega, por fin, la contabilidad digital. Está bien, quién podría estar en contra. ¿Pero haremos la medición con igual mesura cuando los obreros, tras su depresión pos paro, vuelvan a salir a la calle o si la ciudadanía irritada invade de nuevo las calles contra una nueva guerra de Iraq o de Afganistán? ¿Haremos depender la validez de sus argumentos del número de los que salen a la calle a defenderlos?

A la agencia EFE no le ha importado iniciar las cuentas con la manifestación antiabortista. El director de Lynce, la empresa que dice contar a los manifestantes uno a uno, protesta sobre su independencia e inocencia,
 Hemos asumido que es normal que las cifras oscilen entre miles y millones. Yo ya estaba cansado y me sentía estafado. Aquí cada uno dice lo que quiere y nadie pide explicaciones. Los números se manipulan y, además, cuando nos acostumbramos a cifras altísimas ya no hay vuelta atrás.
En la explicación que dan, no aclaran el método del recuento. Dicen que usan un tratamiento informático a partir de las imágenes, pero que también hay trabajo manual y que el margen de error es del 15 %. La agencia EFE lo cree y lo toma como referencia para sus informaciones. Sin embargo, el mismo día podían haber hecho gala de objetividad y haber hecho una medición exacta,en paralelo, de la manifestación nacionalista que se producía en San Sebastián. Ni manifestódromo ni Lynce, por cuenta de EFE, lo hicieron.

Ya puestos, podrían utilizar esta contabilidad recreativa, cuyo objeto es disminuir al adversario, en montar un escenario urbano virtual donde cupiesen esos cuatro millones y medio de parados con que cuenta nuestro país en este mes de octubre. 
Sorprende la cantidad de gente que está dispuesta a que sus ideas prevalezcan por encima del debate racional con el adversario.

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