viernes, 18 de septiembre de 2009

Teoría de la socialdemocracia: velinas y fútbol.


La política en general y la socialdemocracia en particular es un juego en el que nos enredan a quienes cada día nos ganamos el sustento con el sudor de nuestra frente. Puro simulacro de la realidad que pugnan por tapar. Ese juego sigue siendo fundamentalmente la continuidad del panem et circenses romano o del fútbol franquista. Véase esa pelea a muerte entre las dos ramas de la socialdemocracia: la felipista de El País, y el grupo PRISA moribundo, y la zapaterista de la Sexta, y el neonato MEDIAPRO. A eso se reduce el pensamiento político de la España contemporánea, fútbol en Digital Plus o fútbol en Gol Tv.

Para disimular el negocio del fútbol (y del ladrillo socarrat y de los bancos rescatados) y de su representación política (PSOE y sus ramas, PP y sus capillas) nos entretienen con naderías, como las velinas del gran Berlusca o los trajes de Camps, en la que caen los tontos muy útiles. Así este Andrea Camilleri, de 84 años, al que un complaciente periodista atribuye una rapidez mental y una memoria envidiables que se desmiente en la propia entrevista:
Il Cavaliere está enamorado del fascismo, y es peor que los fascistas. Calígula, Nerón, tenían una grandeza... Quemaban Roma, en fin. Esto es tan mezquino que asusta. No enciende ni una cerilla.
¿Qué es esta mierda de la campaña obsesiva contra Berlusconi que el periódico de la socialdemocracia arrastra desde hace años? Berlusconi -como Bush, como Sarkozy- ni siquiera es presidente de España. ¿Es que Berlusconi, al que elogia y visita en la intimidad nuestro ZP, ha matado a alguien, ha suprimido periódicos o emisoras de radio como hacen Chávez, Evo Morales o los Kichner? ¿Es que hace una política sustancialmente diferente a la del resto de políticos europeos? No lo parece. ¿Entonces, por qué tanta insistencia? Puro fútbol, mero entretenimiento.

La socialdemocracia, ya sea teórica -los periodistas- o práctica -los políticos- necesita fantasmas que agitar y derribar. ¿Alguien se acuerda del caso del lino, de la deriva del Prestige, del Yak 42, de la guerra de Irak, ahora llamada de Afganistán, de los trajes de Camps? ¿Qué hay o había de verdad -de verdad judicial que es la que cuenta- en todo ello? Podríamos hacer una lista de casos inversos, de los que agitan las capillas del PP, y la simulación no variaría. Puro simulacro para sustentar el negocio del fútbol (y de la banca y cajas e inmobiliarias que nutren o han nutrido a políticos y periodistas).

La socialdemocracia es una variante de la doctrina social de la Iglesia, es una práctica del burgués católico que, tras persignarse con agua bendita, daba unas monedillas a la salida de la Iglesia, antes de irse de putas. La prensa socialdemócrata hace estos días lo mismo que aquel burgués de antaño, exhibe las fotografías de sexo sucio del Raval de Barcelona al mismo tiempo que cobra por los anuncios de sexo explícito de las páginas traseras del periódico. Puro fútbol, no más.

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