martes, 2 de junio de 2009

El profeta de la crisis era un astrólogo

Lo descubrí una tarde de finales de julio, conduciendo por la paramera castellana. Le entrevistaban en la radio y anunciaba el apocalipsis: al sistema capitalista le quedaban unos 60 años de vida, en 2010 estallaría una crisis sistémica que marcará un punto de inflexión. Me asombró la seguridad de sus fechas, la contundencia de sus predicciones. Se me escapó el nombre, pero no su música. El eco que repetía el rumor de la catástrofe retornaba, cuando iban apareciendo mes tras mes las dramáticas cifras del paro.

Más tarde di con él, en las páginas de El País y de La Vanguardia, nadie se atrevía a tanto, desdeñando las conexiones lógicas: hacía afirmaciones que se suponía proféticas, pero sin tomarse la molestia de hacer demostraciones. Escribió un libro abundantemente reseñado. Ésta es su forma de razonar, un mecanicismo -hechos encadenados por la necesidad- impropio de un científico, Catedrático de Economía de la Universidad Ramón Llull:
“cada cambio y hecho trascendental ocurrido a lo largo de la evolución de la historia de la humanidad ha respondido a unas necesidades, se ha llevado a cabo en el momento conveniente por las personas adecuadas y ha tenido unas implicaciones que han determinado todo lo que ha acontecido después”.
Por fin, hoy, he sabido de dónde venía la seguridad de este hombre. Y por fin comprendo el valor que da a las fechas, la seguridad con que lanza sus números,
Los sistemas económico-sociales, con ligerísimas variaciones, suelen durar unos 250 años. Y dado que el capitalista comenzó su andadura oficial con la llegada de la Primera Revolución Industrial, en 1820, terminará aproximadamente en 2070. De ahí que se esté convirtiendo en un cadáver económico.
Vamos a vivir el hundimiento de la economía entre 2010 y 2012, seguido de un periodo de estancamiento hasta 2015 y, posteriormente, una lenta recuperación hasta 2020. Así, cuando se produzca el crash de 2010 comenzará la paulatina imposición de limitaciones en el uso y el consumo de recursos, tanto a través del aumento de sus precios, como de la restricción o denegación de su consumo, lo que acarreará la muerte de algunas actividades, que se revelarán ineficientes.
 Su fuente de información procede de la astrología. Ya en 2005, presentó en un congreso astrológico una ponencia con este título: Las grandes crisis económicas en la era Piscis. Y este es su método, aplicado con la seguridad y la falta de rubor del creyente:
Si Plutón, en un signo zodiacal, manifiesta el tipo de valores de supervivencia de la época, Urano viene a representar el tipo de impulso creativo del momento social. Si ambos se hallan en tensión, es evidente que los avances ponen en peligro la supervivencia social y, por tanto, también son atacados por el sistema a fin de evitar riesgos. Si a eso se añade una circunstancia de real conflicto al transitar Saturno formando la Cruz T, se hace lógica la aparición de una crisis radical y rompedora.

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