martes, 5 de mayo de 2009

La molécula del olvido

La mayor parte de las cosas que nos suceden carecen de interés, por inútiles, por banales, la incontable basura que llena nuestras vidas. Una persona que recordase todo lo que le sucede, sería diagnosticada como enferma, padecería de hipermnesia. En la mente de un hipermnésico cualquier suceso permanece indeleble en su mente:
"No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico 'perro' abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente)".
Así describía Borges a Funes el memorioso, el hombre que lo recordaba todo, un hipermnésico.
Las personas comunes necesitamos dormir y olvidar. Dormimos para que nuestro cerebro haga una especie de reseteo, gracias al cual sólo conservamos unas pocas cosas de las que han pasado por nuestra percepción. El sueño es un depurador de recuerdos.
 
Brad Williams es uno de los tres hipermnésicos que la Universidad de California-Irvine ha localizado. Ante una antigua foto en blanco y negro tomada en Bradlans, Dakota del Sur, Williams recordaba exactamente cuando fue sacada: el martes 28 de julio de 1964, el dia que hizo una excursión al Monte Rushmore. Recordaba que la temperatura alcanzó los 100 grados Fahrenheit, y que llevaron bebidas frías en la parte de atrás del coche. Con todo lujo de detalles... sin olvidarse de nada.

Cualquier avance científico desata un vendaval de prevenciones morales. Ahora los científicos abren la posibilidad de olvidar. Un compuesto químico, el ZIP, probado en ratones, elimina por completo cualquier recuerdo que el animal estuviera recuperando de la memoria en ese momento: procedimientos motores, hábitos afectivos o conocimientos geométricos. Es eficaz y altamente específico. Y no destruye neuronas. Borra limpiamente el recuerdo, con más eficacia y nitidez que el propio paso del tiempo.

Mucha gente ha intentado borrar el pasado, primero los poderosos. Por ejemplo, Ramsés II eliminó el nombre de los faraones que le precedieron de muchos monumentos egipcios para que sólo prevaleciese el suyo, los emperadores chinos destruían la arquitectura de la anterior dinastía, Newton tachaba todas las referencias a Hooke de sus propios libros, Platón intentó quemar los libros de Demócrito el ateo.

Dice Javier Sampedro en el artículo que da cuenta del hallazgo que ZIP es un agente altamente específico. Ataca sólo a la memoria llamada "declarativa", por oposición a la "implícita". La memoria declarativa archiva hechos, datos que se pueden referir con una oración declarativa. Es lo que solemos entender por memoria en el lenguaje común. La memoria implícita, por el contrario, se refiere a procedimientos, habilidades, ritmos, emociones, y es por completo inmune al efecto borrador de ZIP.

¿Cuáles son las prevenciones? Bueno, sí, puede servir para borrar hechos traumáticos, como una violación, o los hábitos asociativos que conducen a las drogas, pero qué pasa si uno quiere olvidar sus experiencias desagradables o dolorosas, ¿cómo aprovecharemos esos sucesos para nuestro propio progreso moral? Lo que sucederá, como en todo avance tecnologico, es que la moral habrá de plegarse o adaptarse al uso que de la molécula hagan los individuos en cuanto la tengan a su alcance.

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