The International: dinero en la sombra

Hay pelis a las que acudes para distraerte un rato, para aliviar la mente de pesados problemas, para no pensar. De las películas de acción, de terror, de ciencia ficcion se espera que respondan al género que en otras ocasiones te ha hecho disfrutar. Pero aún así esperas alguna variación, sorpresas en la trama, en los diálogos, en la interpretación o al menos en la espectacularidad a tono con el dinero gastado. Cuando eso no sucede la frustración es enorme.

Es lo que ocurre con esta The International: dinero en la sombra. Nada hay en ella de novedoso, ni un gramo de originalidad que permita decir a la salida, ha merecido la pena, he pasado un buen rato. Nada, sólo tópicos más viejos que el propio cine: como esa colección de ciudades que van apareciendo, cada una de ellas con un edificio significativo por donde se tirotean o se persiguen los personajes, pero que no responden a ninguna necesidad de la trama, sino que están ahí porque sí; como los diálogos, porque algo hay que decir desde que las pelis dejaron de ser mudas, con alguna ironía o comentario cínico que por su reiteración se convierten en huera convención; como los actores que no creen en sus personajes, ni resultan atractivos, es que ni te enteras que esta ahí la Naomi Watts, una de las mejores actrices de los últimos años. Una producción cara que derrocha el dinero para nada.

De qué vaya la peli -una oscuro guión sobre banqueros corruptos y tráfico de armas- es lo de menos. El mundo está lleno de guionistas inteligentes, actores guapos y creíbles, cosas interesantes que contar, por qué no los han ido a buscar y se han conformado con lo visto mil veces. Así que a no perder el tiempo viendo esta sosería.