lunes, 2 de marzo de 2009

Asimetrías

Asimetría primera. La muerte, un hecho siempre difícil de aceptar, me acerca a Pepe Rubianes. Todo el mundo recuerda su momento de gloria, la frase que soltó como un escupitajo en un plató de TV3: PUTA ESPANYA. Me hubiese resultado simpático el cómico si, en circunstancias parecidas, en otra bufonada, hubiese replicado: PUTA CATALUÑA. No se puede ser perfecto. Aún así, este poema póstumo nos hermana, como la muerte a todos nos hermana:
"Si tengo que morirme quiero que sea con dignidad y sin perder el sentido del humor, a fin de cuentas esto nos va a pasar a todos y también aquí tiene cabida la ironía, por nada del mundo quiero perder el humor, quiero reír y hacer reír hasta el final".

El tren

Se me acaba el tiempo
y hay que ceder el sitio.
Así es la cosa
Es curioso ver
como la vida te desliza limpiamente
hacia su lado más extremo
a un ritmo lento o rápido
según convenga
sin compasión, sin pasmos,
sin aspavientos: con
la elegancia de la experiencia
bien ensayada.

Y hay que caminar
hacia la hora perfecta
con la cabeza erguida
y el ritmo justo
que da compás a los sueños...

Así es la cosa.
Así de simple.
Un día, no lejano
habrá que comenzar
a hacer el equipaje
porque el viejo tren espera
siempre espera.
(Poema inédito, Etiopía junio 2006)
Asimetría segunda. García Lorca, Gabriel Celaya y el arquitecto Aizpurúa. Tomado de aquí.
"Aquel 8 de marzo de 1936 a que me vengo refiriendo, último día en que disfruté de Federico…, él me citó por teléfono en el Hotel Biarritz de San Sebastián, donde paraba. Mi sorpresa, cuando llegué allí, fue que Federico había citado también a José Manuel Aizpúrua. Faltó poco para que rasgara mis vestiduras porque siempre he pecado de violento y entonces, además, era joven. Compréndanlo. José Manuel Aizpúrua era un arquitecto muy avanzado e inteligente. A su iniciativa se debió que una ciudad tan obtusa como mi San Sebastián se montaran exposiciones con Picassos, Mirós, Picabias, Max Ernst, etc. Era, además, todo hay que decirlo, un gran propulsor de la nueva poesía, y, en general, como se decía en aquellos tiempos "un vanguardista". Pero también era el fundador de la Falange de San Sebastián, y yo le había negado el saludo, aunque nos conocíamos desde niños.
Federico le hablaba a José Manuel, me hablaba a mí, y los dos le contestábamos, pero no conseguía que José Manuel y yo nos habláramos. ¿Por qué? Porque la guerra civil estaba ya latente. Pero Federico no lo entendía: "Los dos sois amigos míos". Era inútil. Había algo que no marchaba (…) Aquel día cuando se marchó Aizpúrua, Federico me dijo algo terrible que nunca me he atrevido a contar. Terrible pero a la vez hermoso porque demuestra con que inocencia caminó hacia su muerte… Me preguntaba Federico por qué yo no había querido saludar a José Manuel Aizpúrua, y por qué, entre los dos, le habíamos creado una situación absurdamente tensa. Yo trataba de explicárselo con frenesí, quizá con sectarismo, y él, incidiendo en lo humano, trataba de explicarme que Aizpúrua era un buen chico, que tenía una gran sensibilidad, que era uy inteligente, que admiraba mis poemas, etc. Hasta que al fin, ante mi cada vez más violenta cerrazón, reaccionó, o quizá quiso que abriera los ojos de sorpresa, con la confesión de lo terrible:
-Es como José Antonio Primo de Rivera. Otro buen chico. ¿Sabes que todos los viernes ceno con él? Pues te lo digo. Solemos ir juntos en un taxi con las cortinillas bajadas, porque ni a él le conviene que le vean conmigo ni a mí me convine que me vean con él.
Federico se reía. Creía que aquello no era más que una travesura de niños. No veía nada detrás."
(Gabriel Celaya. POESÍA Y VERDAD, 1979)
Asimetría tercera. El PSOE, el PP y los nacionalistas.
Unos y otros niegan al Partido Popular lo que están perfectamente dispuestos a conceder a los socialistas: esto es, la posibilidad, ¡la legalidad! de pactar con los nacionalistas. Esta asimetría entre constitucionalistas es una sutil consecuencia de la política de aislamiento (de cordón sanitario) que padece el Partido Popular. Y se hace muy llamativa en esta situación vasca. Mucho más le costaría a Patxi López apoyar a Ibarrtexe de lo que le costaría a Antonio Basagoiti: es obvio que éste último no tiene ninguna posibilidad de lograr la presidencia. Pero parece que al Pa rtido Popular no le es dado el privilegio de elegir, y de gobernar con los nacionalistas, como hace siempre que le da la gana el Partido Socialista.
Asimetría cuarta. El PNV avisa que un pacto entre PSE, PP y UPyD sería una agresión política, un acuerdo antinatura al que los nacionalistas vascos responderían con todos los elementos a su alcance. Nunca se ha oído algo semejante en boca del PSE, PP con respecto a los pactos que durante años han mantenido los nacionalistas, Lizarra incluido.

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