sábado, 7 de febrero de 2009

No puedo siquiera imaginar que un día dejaré de vivir



"No puedo siquiera imaginar que un día dejaré de vivir".
Reborn. Susan Sontag.


Sontag sufría un cáncer de la sangre que en general resiste a los tratamientos más avanzados, se sometió a duras pruebas, con sufrimiento físico para seguir viviendo (un trasplante de médula sin esperanza, entre ellos), "siguió creyendo, hasta pocas semanas antes de su muerte, que iba a sobrevivir". Dos veces antes había afrontado otras formas de cáncer y había ganado la pelea.

Uno cree pertenecer al reino de los sanos, pero un día le toca descubrir que al nacer le dieron doble nacionalidad y que ahora pertenece también al reino vasto y hasta entonces casi invisible para él de los enfermos, y desde ese día ni uno mismo ni el mundo vuelven a ser los que eran.


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