sábado, 28 de febrero de 2009

El antisemitismo, esa enfermedad

Hay libros que se hacen necesarios. Uno piensa, debería existir un libro sobre esto o sobre aquello. A veces aparecen y un suspiro de alivio los recibe. Un rumor sobre los judíos (Editorial Laetoli) del filósofo Stephen Bronner (Nueva York, 1949) es uno de esos libros. Habla del antisemitismo, esa enfermedad que corroe la mente de muchos, incluso la de gente que cree militar en el bando de los buenos.
Los judíos controlan los bancos y los medios de comunicación, influyen de manera decisiva en la política exterior de Estados Unidos, dirigen la industria de Hollywood. Incluso gobiernan Wall Street y urdieron los ataques terroristas del 11 de septiembre. Sí, Los Protocolos de los Sabios de Sión, el libro elaborado por la policía secreta de la Rusia zarista, publicado en 1903, es un falso, pero las ideas que sostiene podrían ser correctas.
Mucha gente, de un modo directo o indirecto, en el bar, en pancartas contra Israel, incluso en el parlamento, en columnas de opinión, en montones de páginas de Internet, se sostiene todavía cosas como que los judíos conspiran contra el progreso y el socialismo, y que la democracia, la Ilustración, la libertad de prensa o el Derecho Internacional son argucias de los judíos para dominar el mundo.

La política de Israel ha contribuido, sin duda, a aumentar los prejuicios contra los seguidores del judaísmo.
La invasión brutal de Gaza no ha ayudado: 1.300 palestinos han sido asesinados, entre ellos, cerca de 200 niños; 22.000 edificios han sido destruidos, los daños ascienden a miles de millones y el millón y medio de ciudadanos de Gaza viven hacinado en lo que es poco más que una minúscula prisión", sin embargo, el antisemitismo no es lo mismo que una crítica a la política de Israel, "aunque a la clase dirigente sionista le guste verlo así.

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