Los artistas interesantes son aquellos que se enfrentan a las preguntas y temores de la gente, aquellos que se anticipan, aquellos en que late el estado de ánimo de la población. Si así no sucede no hay arte que valga la pena, el pensamiento se estanca, no fluye la vida intelectual.
Acabo de ver dos películas que son ejemplo antagónico de lo que quiero decir. Camino es una película curiosa, puede que interesante, pero que habla de un nicho social mínimo, del pasado, que tiene interés histórico, humano, el mismo que pudiera tener, por ejemplo, una peli sobre los soldados japoneses escondidos en la selva tras la guerra mundial, pero que no dice nada al común de la gente. Interesa sobremanera a sus productores (mediapro) e ideólogos, pues ambos piensan obtener beneficios, ya sean crematísticos o de cohesión partidaria, como hacen , por ejemplo, agitando el fantasma de la guerra civil.
El incidente es mucho más interesante. Es como una radiografía de la clase media de ahora mismo, tanto de los países ricos como de los emergentes. No sólo por lo que se refiere al temor difuso sobre un agente de destrucción del mundo civilizado, sino también por el retrato anímico, espiritual de esa clase. Que el agente de destrucción sea una toxina que emiten las plantas amenazadas dice mucho de los miedos que difunden los políticos y los media -el cambio climático- y de la credulidad de la gente. Este director se ha especializado en la descripción de ese sector social medio, acomodado, con la vida más o menos resuelta, gente en la treintena. Me pregunto si el retrato de esas parejas que viven en la superficie del mundo, sin un conato de profundidad, por su tipo de consumo, por como resuelven los conflictos -es antológica, por su almibarada vaciedad, la escena en que la pareja protagonista declara su amor-, por cómo se relacionan, responde a la antena social o simplemente a que el propio director es así, como ellos. En todo caso es la gente de gran hermano, la de los centros comerciales, las que están paseando a sus niños por la plaza. A mi, me produce más temor esa simplicidad que los miedos a los que se alude en la peli.
Camino trata del mal que produce la creencia dogmática, la incapacitación para enfrentarse a la realidad de quien la padece. Una madre, militante del Opus, contempla la agonía de una hija que padece un cáncer muy agresivo como una prueba a la que Dios la somete y el sufrimiento como la gozosa posibilidad de ofrecerlo como muestra de entrega y fe. La película está bien hecha en todos los aspectos en los que cabe examinar a los profesionales de la cosa, excepto en que se basa en un caso real, con libro incluido, y el director ha preferido completar con ficcion lo que necesitaba para desacreditar la tesis de la santidad de la niña. Lo que para la niña es una romántica pasión por Jesús, un compañero del cole, para los que la rodean es santidad. Por ahí falla la pelicula, no era necesario jugar con esa confusión, la simple exposición de los hechos debería haber bastado. Sería más contundente, y acaso mejor película, pero se prefiere que el espectador llore a que piense, que se adhiera a la causa emocionalmente en vez de que sea responsable de su armazón mental. Hay en nuestro mundo otros fanatismos más dañinos, que abarcan un nicho social más numeroso, pero ni a Jaume Roures, el productor, ni a Javier Fesser, el director, les ha interesado.
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2 comentarios:
Hola,
respecto de la película "Camino" es interesante visitar la página:
http://www.alexiagb.org/
Hace unos quince años que leí el libro sobre la vida de Alexia y me impresionó la serenidad con la que se enfrentó a su muerte siendo tan niña. El hecho de que la película "invente" lo que no hubo desdice todo el trabajo cinematográfico.
Ya se ve que, después del fracaso en taquilla (la 7ª película de la semana pasada, y eso que no había muchas más), a Fesser le interesa crear polémica antes del fin de semana.
Cometí el error de ir a ver Camino, lo cual sólo me hizo pasar un mal rato con una película larga, lenta y sangrienta. Estoy de acuerdo con los críticos: el tema se aborda lentamente y la película resulta como una patada en el estómago. Tuve que irme al cabo de dos horas de película y todavía le quedaba lo peor, según me han contado.
La película ya está en la red para descargar. Os recomiendo que os la bajéis y gastéis ese dinero en unas buenas copas, en lugar de pasar un mal rato en el cine.
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