martes, 16 de septiembre de 2008

Una refinería donde no toca

Esta carta, en El País.

Una refinería en Tierra de Barros

MARIANO CABRERO RUBIO - Badajoz

Gurría y Narbona Señalan en su artículo del pasado día 8 que el coste económico de la inacción, en cuanto a políticas de protección del medio ambiente, sería
muy superior al de las acciones encaminadas a mitigar la producción de
gases de efecto invernadero. Este tipo de propuestas teóricas se pueden
llevar a la práctica para que la realidad acabe siendo como se
pretende. Pongámonos en un caso concreto: en la comarca extremeña de
Tierra de Barros se pretende hacer una refinería de petróleo. El
emplazamiento previsto está a más de 200 kilómetros de la costa, que es
donde llega el petróleo. No está especialmente cerca de ningún punto de
consumo masivo.

Ahora echemos unas cuentas someras al alcance de
cualquiera y en términos de emisiones de CO2 gratuitas, es decir, que
se podían ahorrar perfectamente de refinar en el punto de llegada del
petróleo, es decir, en la costa: emisiones correspondientes a la
construcción de un oleoducto de nueva factura desde la costa hasta
Tierra de Barros con todo lo que supone de movimiento de tierras,
emisiones producidas por la construcción de la propia refinería, y
luego emisiones correspondientes a la distribución de los productos a
los lejanos centros de consumo. Son muchas las toneladas de CO2 que se
emitirían sin mucho sentido en términos de eficiencia energética y
pienso que económica en el sentido que proponían Gurría y Narbona.

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