“Si no puedes ser buena, sé cuidadosa”

La prensa progresista destaca con una gran foto el acto religioso. El papa, de espaldas, titula uno. El papa, de espaldas a los fieles, destaca otro. La foto es espectacular, grandiosa me atrevería a decir, como si volviese el gran ceremonial de antaño. Casullas, capas, roquetes. Capelos, genuflexiones, tonsuras. Un elegante cristo crucificado, acompañado de enormes cirios. Y como fondo, El Juicio Final de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina. Supongo que el inteligente Ratzinger no esperaba menos de estos periódicos que en los últimos tiempos han desempolvado el rancio anticlericalismo. Si han pretendido presentar la noticia como una censura, el efecto es el contrario: la Iglesia vuelve a la época en la que la misa era acontecimiento. La combinación de drama, música y misterio provocó conversiones y favoreció el sentimiento de pertenencia de los files a una organización única.

Los clérigos se equivocaron intentando modernizarse con el Concilio Vaticano II. La religión se fundamenta en lo inefable, en el misterio y en los rituales que le sirven de necesario ornamento. Toda modernización o racionalización redunda en su perjuicio. Los fieles se van desencantando si lo religioso se banaliza y se torna comprensible. Ahora este papa inteligente quiere volver a las formas preconciliares. En las dos operaciones, modernización o retorno al viejo ritual, se trata de lo mismo, conservar la grey y mantener el poder de los clérigos. Lo absurdo es que los anticlericales pretendan la modernización de algo que por su esencia no lo puede ser.

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De esta hermosa necrológica rescato la frase que a la adolescente Bibis Salisachs, futura esposa de Samaranch, le dijo su madre: If can’t be good, be careful, “Si no puedes ser buena, sé cuidadosa”.