“Existimos las personas pero también las colectividades, con voluntad y vida psíquica propia. Cataluña existe y está viviendo un momento de confusión, se siente despreciada y humillada. Cree que España no la reconoce, la niega y la encierra ahogándola. Pero también se siente insegura, la imagen que tenía de sí misma se ha resquebrajado completamente y desconfía de sus propias capacidades”.
El hombre que lo escribe pasa por ser consejero áulico de ZP. No sólo eso, también ha escrito su biografía autorizada, donde dice cosas como estas:
"...aunque su personalidad despierta la curiosidad de los suyos y de sus adversarios, sigue siendo un desconocido. Sobre todo porque nos falta conocer su propia versión de sí mismo." (...) "el problema que plantea la presencia de la inocencia, o de la convicción en política, es que frecuentemente desencadena en el contrario lo peor: el cinismo”. (...) "un personaje que nos recuerda mucho al mito de Arturo, aquel joven que se coronó rey. El mito es bien conocido: a la muerte de Uther, el soberano, el reino se había sumido en el desconcierto y el desgobierno; los nobles se disputaban el trono, pero sólo aquel que arrancase la espada de la piedra sería el elegido. Pero no fue ninguno de los barones, sino Arturo, un muchacho de origen inc, quien arrancó limpiamente la espada. (...) "pocas veces nos encontramos una trayectoria política que la literatura nos ayude a ver tan claramente." (...) "Cuando José Luis Rodríguez Zapatero dice que tiene convicciones, está expresando a su manera que tiene corazón".
Sin embargo, lo más interesante, lo más risible, lo más dramático, no era lo que Suso del Toro tuviese que decirnos en ese libro, sino lo que recogía de labios de su amigo el presidente:
"Eso que dices de que de niño recibí alguna bendición, algún saludo, mucho cariño, algo que en cierta medida me hizo príncipe... Sí es verdad". "Detesto la violencia. (...) La detesto, siempre me repugnó. Creo que es un rasgo personal". "Nadie puede hacer política y tener éxito si no tiene un cierto sentido del tiempo". "Es verdad que a veces cuando escucho también estoy pensando". "No, no soy violento. Nunca chillo, nunca echo una bronca a un subordinado. No se me recuerda un golpe en la mesa. ¿Cómo hago con la tensión, la frustración? La expulso conmigo mismo, poniéndome a hacer algo. A pensar, diseñar algo que me lleve a la conclusión de que es brillante, que va a dar resultado". "Sí, en general tengo confianza en mí mismo. Porque le dedico mucho más tiempo del que parece a pensar" "Desde luego nunca he presumido de nada, jamás me han visto presumir de que he leído mucho de esto o lo otro". "Cuando tengo tiempo, y si no, lo busco porque soy muy disciplinado para prescindir de las cosas secundarias o que son aplazables, pues dedico mucho tiempo a pensar. Suelo pensar tranquilamente. Pocas veces con un papel o con un ordenador, porque me encanta retarme a mí mismo con la memoria, esto sí reconozco que es un defecto." "Yo soy muy verbal, muy verbal. Absolutamente." "No, no es que sea tímido, en absoluto. No me tengo por tímido. Soy reservado, soy austero. Austero". "¿Desafíos, que si los busco? Por supuesto. Si no, me aburriría. La vida es un continuo ganar". "¿Un guerrero solitario...? Sí, puedo aceptarlo. Soy guerrero en ese sentido de poner a prueba mi valor, de buscar pruebas (...) Es verdad, procuro no depender de la opinión de nadie". "No me cobro venganzas. Absolutamente no. ¿Que por qué no? Pues porque no me produce ninguna satisfacción?" "Es curioso porque aunque aparento ser una persona fría soy muy sensitivo". "Siempre tuve (...), siempre tuve buen cartel como diputado. Y con los periodistas, especialmente". "Creo que cuando hablo la gente sabe que hablo con franqueza". "Sí, vivo en un mundo de lenguaje. Me fascina."
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