El caso del viajero racista

Sorprende el ensañamiento de los locutores radiofónicos, políticos chic, embajadores sudamericanos, tertulianos, columnistas, periodistas de guardia y el país entero sobre el joven racista que golpeó y vejó a una viajera en el metro de Barcelona. Me pregunto, a qué se debe este fenómeno de sobreactuación (jueces, fiscales, ministro de justicia, embajadora de Ecuador, ongs del ramo, televisiones que pagan exclusivas al joven racista…). Por qué no se trata el problema en sus justos términos: aplicar la ley, corregir o condenar o reformar al chico, reparar a la víctima, en vez de utilizar el caso para sacar una repugnante ventaja o para demostrar que uno está libre de toda mácula.

**

EP sigue con su especial querencia por el incontinente (verbal) filósofo esloveno. Cuando Slavoj Zizek, en la entrevista que hoy le hace EP, expone su nostalgia por el afán igualitarista del cristianismo, en realidad está clamando por el comunismo perdido. Por eso dice: "El ateísmo hoy pasa por los caminos del cristianismo. No por ese ateísmo hedonista que se ha convertido en una obligación". Lástima porque a mí es el único ateísmo que me interesa.

De su angustia existencial, es decir, de la orfandad que en el dejó la derrota del comunismo queda este párrafo: “Para ellos, lo que ocurre de verdad es que Dios muere en la cruz y que nos ha dejado solos, y que por eso no queda más remedio que vivir en una comunidad igualitaria. Ya no existe un Dios en las alturas al que exigirle cuentas, vivimos ya en el desorden y lo que vaya a pasar es asunto nuestro". Si cambiamos Dios por comunismo, comprenderemos su desorden mental.

**

QUIM MONZÓ / escriptor. “La literatura catalana s’enfonsarà en 20 anys”

"És evident que la falta d’educació ara és superior a la de fa uns anys. Què ha passat? Doncs massa anys de Rosa Sensat, plastilina i tot plegat. I d’uns pares que van créixer confonent l’autoritat amb el feixisme. Educar és reprimir. L’autoritat hi ha de ser empre, i en democràcia, més. Com que tot això s’ha confòs i tothom era tan progre, tants anys d’això i onades de gent sense cap mena d’educació han convertit tot plegat en una olla que no hi ha qui la governi. (...) La literatura catalana patirà un procés brutal en 20 anys: no hi haurà mercat i s’enfonsarà. Ara vivim d’inèrcia. El país desapareix".