jueves, 25 de octubre de 2007

Cuestiones inquietantes

¿Cuánto tiempo más podrá resistir Israel? ¿Cuándo llegará el momento en el que el total de población árabe -o, ya puestos, iraní- sea tan grande que incluso la amenaza de represalia nuclear israelí no sea intimidante?

Cuando Gran Bretaña anunció su retirada de Palestina, en 1947, el presidente Harry S. Truman tuvo qué decidir entre dos opciones contrapuestas, algo que ya le había sucedido cuando tomó la decisión de lanzar la bomba sobre Japón.

El asesor jurídico del presidente, Clark Clifford, postulaba que EE UU, en vista de la poca atención que el resto del mundo había prestado al Holocausto nazi, tenía la obligación moral de apoyar el nacimiento de un Estado judío. Por el contrario, el secretario de Estado, George Marshall, pensaba que el reconocimiento de Israel perturbaría enormemente, y para siempre, las relaciones de EE UU con el mundo árabe. Para Marshall "unos pocos millones de judíos en medio de decenas de millones de árabes sólo causarían problemas a EE UU, y, en todo caso, los árabes terminarían expulsándolos al mar". Truman rechazó los consejos de Marshall (puede que por primera y última vez), posibilitando así la creación del Estado de Israel.

Dice Paul Kennedy que los grandes problemas de Israel no son el terrorismo de Al Qaeda, la actividad de Hamás y Hezbolá o el programa nuclear iraní, sino la incontrolada natalidad de la zona.
Al final, si creemos las proyecciones demográficas del cuadro adjunto, Marshall tendría razón. El peso demográfico de Israel, es cada vez menor en el escenario geopolítico de Oriente Próximo. Pero el desfase demográfico entre Israel y sus vecinos árabes, que cada año se agudiza más, es la auténtica amenaza, la bomba contra la que Israel poco podrá hacer.

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