lunes, 4 de junio de 2007


Ya no son los gobiernos los que fundamentalmente se preocupan por nuestra salud y nuestro bienestar. Ahora, son las grandes empresas. Dos páginas enteras, en el periódico socialdemócrata, la segunda y la penúltima -un enorme capital-, para proclamar ese monumental engaño con nuestro implícito consentimiento. Todos sabemos que es mentira (hasta presumen de códigos deontológicos), las grandes empresas sólo se preocupan por su cuenta de resultados. Además, suelen hacer lo contrario que sus hipócritas proclamas. Dentro de poco podremos comprobar hasta dónde llega su sinceridad. En breve tiempo Acciona, mediante la famosa OPA, se hará cargo de ENDESA, uno de los líderes en contaminación con sus centrales térmicas. ¿Las cerrará?


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Cuando Hitler escribió lo que escribió en el Mein Kampf, durante su encarcelamiento en Landesberg, debido a su implicación en un intento de golpe de estado, nadie le hizo demasiado caso. Muchos se lo tomaron a chacota. Ahmadineyad es el presidente en ejercicio de Irán y dice: "Con la ayuda de Dios, las manos de los hijos de Líbano y Palestina ya han pulsado el botón de la cuenta atrás para la destrucción del régimen sionista", "Si Dios quiere, muy pronto seremos testigos de la destrucción del corrupto régimen ocupante" (03.06.07). Hace un año habló de la necesidad de "borrar a Israel del mapa". En diversas ocasiones ha cuestionado el Holocausto y sus consecuencias.
Muchos dicen que se malinterpretan sus palabras y otros que los “musulmanes de todo el mundo, ven a diario la humillación de los palestinos en televisión.

¿Bravatas? No si uno conoce la historia pasada y reciente del chiísmo. Por ejemplo, cómo en 1980 Jomeini sacrificó a miles de niños en la guerra contra Irak, organizados en La Basij Mostazafan. Ahora la Basij, milicia integrada por voluntarios cuyas edades no alcanzaban los dieciocho años, es el principal punto de apoyo de Ahmadineyad.

En 2001, el ex presidente iraní Hashemi Rafsanjani, del ala moderada y pragmática de la Revolución iraní, señaló que “el uso de una sola bomba nuclear lanzada sobre Israel lo destruiría totalmente”. Si Israel respondiera con sus propias armas nucleares, sólo “lograría perjudicar en algo al mundo islámico. No es irracional considerar esta eventualidad”. Tal vez no sería posible destruir Israel sin alguna represalia. Pero, para el islam, el daño que Israel pudiera infligirle se podría soportar –sólo alrededor de cien mil mártires más.

Pese a la ONU, Ahmadineyad sigue adelante con su programa nuclear.

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