Examinemos el texto por ver si damos con los síntomas de esa extraña enfermedad: los miembros del PP son talibanes de la derecha español, y sus colegas polacos han creado un Gobierno feroz de talibanes ultraderechistas y meapilas mediocres y resentidos, que ha iniciado una caza de brujas feroz, también podría haber ciertos jóvenes meapilas de izquierdas (…) campeones de la pureza de boquilla, y
Luego viene una curiosa teoría sobre la realidad para justificar la revisión histórica, donde dice cosas tales como (¡arrearse los machos!): Es cierto que el pasado es casi el único tiempo que posee consistencia real, porque el presente apenas existe -basta mencionarlo para que desaparezca- y porque el futuro es mera conjetura. El pasado es la materia de la que estamos hechos. Confunde los hechos con su interpretación: El presente altera el pasado: porque aquél nos obliga a interpretar éste de un modo distinto. El Quijote lo escribió Cervantes al alimón con, entre otros, Joyce y Borges: Bergman fue un cineasta distinto tras algunos filmes de Woody Allen, (…) el Quijote no significa las mismas cosas después de leer a Joyce o a Borges. Se dirá que las obras de Conrad o Melville o Picasso o Bergman o Cervantes no cambian con el tiempo; es falso.
Y por fin llegamos al meollo, al síntoma definitivo, la historia no son los hechos, sino su interpretación, es más la interpretación modifica los hechos del pasado: la historia del siglo XX no es la misma después de los atentados del 11 de septiembre (recordemos, 11.09.01). Y por si alguno se llama a engaño, lo deja bien clarito, oprobio a los historiadores que no asuman el valiente riesgo de la interpretación y se resignen a la docilidad pusilánime de la ortodoxia académica. Nada de objetividad científica, pues, a quién le importa. ¡Viva la interpretación!, ¡mueran los hechos!
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Estas repugnantes frases del conseller d’interior Joan Saura:
"D'aquí a un any, quan tinguem instal·lades totes les càmeres de videovigilància, aquest país podrà dir que a les seves comissaries no es maltracta", ha subratllat el conseller. I ha afegit: "Quan veig les imatges em fan mal. Són les imatges que no voldries que passessin a Catalunya. Doncs aquestes imatges no les tornarem a veure per aquí perquè prendrem mesures per a no veure-les i, sense això, possiblement ens haguéssim tapat els ulls, haguéssim passat, i no les haguéssim vist. El problema no són les imatges, sinó que no vull que això passi a Catalunya".
- D'aquí a un any: o sea, reconoce que hasta ahora se maltrataba y que hasta dentro de un año se seguirà maltratando.
- Aquest país podrà dir que a les seves comissaries no es maltracta. Ese innecesario les seves. Significa que hay otras comisarias que no son suyas, que no son nuestras.
- Quan veig les imatges em fan mal. Eso dice el hipócrita mossen Joan Saura, responsable máximo del asunto.
- Són les imatges que no voldries que passessin a Catalunya. Hay otros infiernos donde ya sabemos, pero no aquí, en este paraíso que estamos construyendo.
- El responsable de la policía dice sense això (dar a conocer las imágenes), possiblement ens haguéssim tapat els ulls, haguéssim passat, i no les haguéssim vist. La impotencia del conseller, la hipocresía del conseller; el jefe de la policía hablando sotto voce desde el confesinario del Gran Hermano.
Y a grandes males, grandes remedios: A més, ha avançat que la conselleria rebrà l'assessorament de
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