La atmósfera creada por la opinión pública lo hace todo. En Cataluña, Madrid, Valencia, Andalucía se va arrastrando el voto siempre en dirección parecida. Los votantes se comportan como consumidores en el mercado: se compran unas Nike aunque perjuren que nunca hacen caso de la publicidad. La mayoría de los ciudadanos no actúa como tales, libres, independientes, autónomos. Sólo un pequeño grupo se desliza hacia un lado o hacia otro. En el consumo, en el comportamiento moral, en los hábitos vestimentarios la opción mayoritaria es no diferenciarse sino seguir la moda. En las encuestas postelectorales se produce un curioso fenómeno, el ganador tiene más apoyos de los que ha obtenido realmente, una parte dice haber votado a la opción ganadora sin haberlo hecho. Dentro de poco lo veremos en las legislativas francesas, el partido de Sarkozy arrasará. ¿Pesimismo? Los cambios de tendencia son o muy lentos o abruptos y van asociados a la emoción (miedo, esperanza, ilusión), no a la reflexión. El razonamiento sólo se utiliza para justificar la opción predeterminada, es posterior al choque emocional. Es decir, uno no cambia de ideas confrontando razonamientos, sino en virtud de adhesiones emocionales.
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Resultados generales en las elecciones locales:
Pp, sube 40.000
Ciu, baja 70.000
IU, baja 180.000
ERC, baja 70.000
PNV, baja 100.000
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