jueves, 8 de marzo de 2007

Dilemas

Nuestro Presidente a pesar de su bondad congénita también ha de optar de vez en cuando y entre dos bienes (o dos males) ha de escoger uno y desdeñar el otro. Estos días ha estado en Marruecos y ha tenido que tratar con sus autoridades. El dilema era el siguiente o apoyaba la autodeterminación del pueblo saharaui y se enfrentaba entonces al gobierno marroquí, por lo que el tema de las pateras volvería enseguida a primera página de los periódicos, o aceptaba el plan de autonomía que ofrece Marruecos, a cambio de controlar la inmigración que sale de ese país y dar con ello la espalda a los saharauis. El dilema al fin no ha sido tan dramático: los saharauis son pocos y la izquierda que les apoyaba en España no va a complicar la vida al hombre que no estuvo en las Azores. Así que ha optado por tener controlado el tema de las pateras (no así el de los cayucos, que esa es historia de otro negociado). Será interesante ahora ver cómo argumentan aquellos que, apoyando a ZP, defienden la autodeterminación para regiones de este país, pero han de aceptar una simple autonomía para al pueblo saharaui.

Otros dilemas se le han ido presentando a ZP y su opción no siempre ha ido a favor del más necesitado. En Iraq, aupado por las grandes manifestaciones, se dejó llevar por la corriente. Aquí optaba entre el bien y el mal, lo tuvo fácil. Sus partidarios pudieron dormir a pierna suelta, a cambio la aureola de gran líder internacional tendrá que esperar por mucho tiempo. (Esa autoridad que no pudo ganar entonces le debe haber faltado negociando con Maruecos y con Senegal). En Afganistán aún no ha resuelto el dilema: retirarse de nuevo, las madres de los soldados españoles e IU le estarán muy agradecidos, aunque sus compañeros de pupitre en la UE se quedarán por segunda vez atónitos, o afrontar la guerra nada larvada que la OTAN, es decir, Europa, mantiene allí contra los talibanes. De momento combina, en el cable del trapecista, la retórica de la paz con la responsabilidad que se le supone a un jefe de gobierno.

Más oscuro resulta el dilema que ha tenido que afrontar en el caso De Juana. Nadie se cree que el etarra estuviese en peligro inminente de muerte. El dilema no era, por tanto, cumplimiento de la pena contra preservación de la vida (los publicistas del PSOE no pueden ser tan ingenuos como para pensar que la gente les da crédito), no, era mucho más jodido que ese, más arriesgado, por tanto con más ganancias o con más perdidas según como le salga la jugada: o mantenerlo encerrado, con el PP más o menos tranquilo y ETA siguiendo adelante con su programa de festejos fúnebres o liberarlo en la Concha, abriendo de nuevo el juego de la negociación con ETA, a cambio de la gran bronca que el PP le iba a montar. ZP, ingenuo o mefistofélico, está por ver, ha hecho sus cálculos y ha aceptado el envite de la T4 en la partida que juega con ETA, porque está seguro que ETA y el PP se van a contrarrestar. ETA dejará las armas, el PP se desinflará cuando estalle la paz y él aparecerá como el gran pacificador ganando por mayoría absoluta las próximas elecciones.

Nota al pie. Interpretando al oscuro (Baudrillard). "Su mensaje parece ser éste: en un mundo en el cual la verdad misma se ha vuelto falsa, el pensador ya no puede representar la denuncia de la mentira sin caer en la misma lógica que pretende combatir; por tanto, la teoría no tiene que hacer el mundo más inteligible sino más ininteligible, más difícil de manipular, más extraño y, por ello, más vivible: "El estatuto de la teoría sólo podría ser el de un desafío a lo real".

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