lunes, 15 de enero de 2007

Microcréditos

Bangla Desh es uno de los países más pobres del mundo, arrasado, además, anualmente por las lluvias monzónicas, muy lejos de Europa y de EE UU. Vivir es una aventura diaria. Para poner un poco de esperanza a Muhammad Yunus le surgió la idea, en 1974, de los microcréditos. Desde el Grameen Bank se prestan pequeñas cantidades de 10 o 20 euros, como máximo, sin avales, para negocios, que en algún caso pueden ir más allá de la subsistencia. Procesar arroz, comprar máquinas de coser para negocios textiles o teléfonos móviles para montar locutorios en aldeas. Hoy tiene más de tres millones de clientes, un 95% mujeres de las aldeas pobres de Bangla Desh, y una tasa de morosidad inferior al 2%. La iniciativa ha tenido tanto éxito que se ha extendido por todo el mundo, para apoyar a emprendedores con pocos recursos. En España, por ejemplo, han seguido esa vía el FIDEM, el ICO y Un Sól Món, que prestan a mujeres e inmigrantes, en negocios de hostelería y alimentación. Sorprende que los pobres no son más morosos (el 98% de los créditos son devueltos) que los ricos y que los receptores de microcréditos acaban convirtiéndose en pequeños accionistas del banco. Las grandes beneficiarias del Grameen Bank son mujeres. Las mujeres bengalíes, casadas mediante arreglos entre los 11 y los 15 años, recluidas en sus chabolas, y que sólo pueden moverse con el permiso de los maridos, son las que llevan el peso de la economía familiar. Muchas han seguido este proceso: compraron un saco de harina para hacer tortitas, luego una vaca y después una máquina de coser. El punto de llegada suele ser llevar a sus hijos a la universidad. Esa es su mejor inversión, la que les sacará definitivamente de la pobreza y de la dependencia de sus maridos. El sistema de los microcréditos no pone en solfa la labor de las ONG. Muchas de ellas realizan un trabajo insustituible. Sin embargo, aquéllos hacen algo que éstas no pueden hacer, poner el destino en manos de los propios pobres, devolviéndoles la dignidad para salir adelante por sí mismos. A los defensores de los microcréditos, Muhammad Yunus o Ana Carbajosa, invariablemente se les pregunta, como una suerte de exorcismo, ¿entonces considera el capitalismo el sistema óptimo para erradicar la pobreza? No hace falta leer sus respuestas, los resultados están a la vista.

Notas al pie.
1. Entrevista con el asesino. Le preguntan, "¿A cuánta gente ha matado ud.?" Responde: "No es importante saber a cuántos maté. Cuento hasta 17 y luego dejo de contar".

2. Esta frase de Rajoy, en el debate de esta tarde: "No se puede dialogar bajo el chantaje, porque si usted no cumple, le pondran bombas; y si no hay bombas, es porque ha cedido".


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