domingo, 2 de noviembre de 2025

Convalecencia

 


1. Convalecencia.

2. En estos días de otoño hay un bello paisaje junto a mi casa, un paseo de fresnos cuya hoja amarillea. En una esquina algunos están colonizados por parra virgen (Plant.net) que del verde está pasando al granate intenso. Ahora, en otoño, es cuando se hace notar porque el resto del año pasa desapercibida, al menos para mí. El esplendor, cuando se inicia su decadencia anual. La fresneda ha sido plantada, pero cómo ha llegado hasta aquí la parra.

3. Ayer se me presentó la atmósfera propicia para hacer poesía. Estaba imbuido de sentimientos. Llovía, aunque no con intensidad. Yo paseaba bajo el paraguas, esperando que abriese la floristería; me inundaba la tristeza. Bajo la lluvia viajé 50 km hasta el cementerio de mi pueblo donde están enterrados mis padres. Allá estaban mi tía y un primo escarbando el terreno para prepararlo para la ofrenda floral. No tuve el tiempo de soledad que necesito para el recuerdo. No estuve solo en todo el día, el momento poético pasó: verter lágrimas simbólicas para complacerme en la tristeza. Luego me llamaste y no fui capaz.

4. Ahora paseo junto al Vena, que discurre siempre igual y siempre distinto, junto a dos ancianos, ella en silla de ruedas, él llevándola. No sé si son pareja o si él es el hijo y ella la madre, parecen igual de viejos. 

5. Ayer leía los nombres en las placas del recuerdo. En ellas reconocí a personas que no eran viejas cuando yo era niño y que ahora cobija la tierra. Me sorprendió la edad a la que murieron. Después conversé, en la puerta, con alguien a quien no conocía, más joven que yo, pero no mucho más, primos lejanos. Rememoramos historia familiar, sus tíos a quien yo conocía, los tíos de América que han vuelto hace poco buscando raíces, pero a quienes no he visto. Sobre casi todos ha caído la espada flamígera y ha llevado en su barca Caronte. A cuántos de ellos han vestido los pantalones y camisas, las sudaderas y plumas a los que ahora se ofrece una segunda oportunidad de abrigo en el mercadillo de los domingos en el que los gitanos gritan Todo a un euro.

6. Cuando el sol reaparece se recrea en el temblor amarillo del arce real, en los fresnos y en la alameda que veo a lo lejos. Al fondo, el bosque de la Cartuja y un poco más allá la sierra desdibujada bajo un manto de nubes.

 


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