Ahmed Abu Aita tenía casa y una empresa familiar de quesos y
productos lácteos al este del campamento de Jabalia, en el norte de la Franja
de Gaza. Como suele ser típico, vivían agrupados en una familia extensa. El 20
de octubre de 2023, un ataque aéreo destruyó su casa y la empresa. Murieron 37
miembros de la familia, sepultados bajo los escombros: esposa, hijo, padres,
hermanos y demás familia. Ahmed, herido, estuvo atrapado dos días hasta ser
rescatado por un vecino.
«Yo estaba bajo las
escaleras, pidiendo ayuda, pero nadie podía oírme, ya que no había nadie en
esa zona, que se considera fronteriza peligrosa y a la que no pueden acceder
vehículos de defensa civil ni ambulancias. Estuve dos días tirado sin que nadie
pudiera llegar hasta mí, hasta que un vecino vino a revisar la casa y oyó mi
llamada».
Tras perderlo todo Ahmed Abu Aita fue desplazado junto con
los pocos miembros de su familia supervivientes - doce - a un aula de una
escuela de la UNRWA en Beit Lahia, en el norte de Gaza. Junto al dolor
constante por la pérdida de su esposa, hijo y demás parientes sufre la escasez
de agua potable, leña, comida y necesidades básicas. Sin embargo, Ahmed
persevera en la idea de reconstruir la empresa familiar y sueña con volver a
ver al hijo herido, que recibe tratamiento en Qatar, y con recuperar la vida que
perdió tras el ataque.
Ahmed empleaba a 50 trabajadores en su fábrica de productos
lácteos. “Teníamos una vida normal, teníamos nuestro trabajo. Cada miembro
de la familia era responsable de una tarea en la fábrica. Yo era el director de
marketing de la empresa, pero entonces llegó la guerra, y todo cambió”.
Las emociones son del instante, los sentimientos, algo más
duraderos, la historia es fría y desapasionada. La vida de los individuos, la
vida de las naciones, el universo.
Por encima de los muertos y de los supervivientes de la
familia de Ahmed está la máquina destructora que no repara en individuos,
afanes, dolor y esperanza. Netanyahu será juzgado, condenado y encarcelado,
quizá no. Gaza será reconstruida bajo otro orden. La mecánica del olvido
reconstruirá edificios, parques y playas. Dentro de no mucho Gaza, esta Gaza,
será arrumbada junto a las fotos sepias. Habrá algún documental, alguna
película, alguna serie qué matará el tiempo de quienes, también ellos, a no tardar,
serán olvidados.
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