Era un domingo de hace dos semanas, pasábamos por un barrio 'bien' de Madrid. Nos llamaron la atención las dos torres que sobresalían por encima de los edificios. Vamos a ver esa iglesia. Entramos. Techos altos, amplia, luminosa. La Iglesia estaba llena, en silencio. El cura con voz pausada, masculina, amplificada, alentaba a sus fieles en el sermón. Lo que hacían estaba bien, esperaba que siguiesen siendo virtuosos. Sentados, atentos, sin apenas moverse, salvo un padre que sacaba a un niño para que llorase fuera, atendían al sermón reconfortados. B. me dijo, Parece un ejército. Y así era, un ejército a la espera de ser llamado para ponerse en marcha.
Les ha llegado la ocasión. Leo artículos en la prensa que felicitan a los jóvenes autorganizados que han llegado a Valencia para rescatarla de las aguas embarradas. Les mueve la fe. Pertenecen a organizaciones cristianas, algunos, a políticas, otros, o a ambas. También he visto a una asociación musulmana repartiendo alimentos y agua. Supongo que también habrá muchos otros no adscritos. En los barrios populares de Valencia, en los pueblos anegados por la riada les felicitan. Eso he leído. El Estado dubitativo y lento, quizá partidístamente interesado, ha dejado un hueco y ellos lo han ocupado.
Se han comentado estos días los libros que escribieron JD Vance, el que será vicepresidente con Trump, Hillbilly, una elegía rural, y el que escribió Didier Eribon, niño brillante de la cuadra de Michel Foucault, Regreso a Reims, donde cuentan cómo sus familias obreras o campesinas dejaron de votar a la izquierda al sentirse abandonados o ninguneados para votar a la derecha, republicanos de Trump o derechistas de Le Pen.
El Parlamento no anuló la convocatoria, el día de la riada, que se repartía un botín (11 puestos en un inoperante consejo de RTVE); los cargos públicos discutieron quién debía poner en marcha la UME, si el gobierno o la administración autonómica; se culpabilizan sobre el sistema de alertas; llegaron tarde al rescate, al desentierro de los cadáveres, a ayudar a quienes lo han perdido todo o siguen sin luz y sin agua. Todo es tan obsceno.
1 comentario:
Jo! Vaya tufo!
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