martes, 30 de julio de 2024

La solución Münchhausen

 



Parece imposible que los venezolanos puedan salir de las tierras pantanosas en que se encuentran tirándose, al modo del barón de Münchhausen, de los cabellos, ¿pero acaso tienen otra opción? He visto pedir en Twitter, por un burgués diletante, que se repartan armas entre la población. En el otro extremo los muy izquierdistas se felicitan del triunfo del régimen de Maduro. En ambos casos la ilusión les mueve. La realidad es un ente ilusorio para ambos, recreada por el ansia de libertad, bondad y justicia.


Repartir armas entre la población es una operación condenada al fracaso. El narcorégimen está parapetado y bien armado. Los muertos serían cuantiosos. ¿Si esa puesta triunfase, a quién beneficiaría? ¿De conseguirlo, quién devolvería la vida a los muertos?


En el segundo, la ceguera (cerca de ocho millones de venezolanos han abandonado el país; el declive económico es evidente, la represión, el encarcelamiento, la muerte), es por una buena causa. Maduro y los suyos aman al pueblo: persigue la justicia social y el derrocamiento de los ricos. El socialismo del siglo XXI.


En ambos casos, desde la distancia se sabe lo que le conviene al pueblo: ofrecer el sacrificio de la propia vida, en un caso, para alcanzar la libertad; arrastrar una vida miserable, en el otro, para construir el socialismo; en ambos una buena causa. El que propone entregar armas al pueblo no irá a Venezuela para ponerse a pecho descubierto al frente de la rebelión; quienes felicitan a Maduro por su grosera victoria no se irán a vivir a Venezuela para degustar las delicias del socialismo del siglo XXI.


En el pasado los jóvenes soñaban con la revolución; pasado el tiempo esos jóvenes, ya instalados, sueñan con que la hagan otros en su lugar, ya sea rebelándose contra el tirano, ya manteniendo la ilusión de la revolución en marcha. En ambos, sigue viva la mística del sacrificio: el precio a pagar por la contradicción entre sus sueños juveniles y su vida de rentistas es la mala vida para las pobres gentes. Dos formas de apuntalar una fe ruinosa. El sueño liberal o el sueño socialista convertidos en pesadilla.


Visto así, parece que la única solución sea la solución Münchhausen, salir de las aguas pantanosas tirándose de la propia coleta. ¿Acaso no ha sido así como todos los pueblos han ido saliendo uno detrás de otro de la vidas miserable? Parecía milagroso, pero es así como ha ido sucediendo.


No hay comentarios: