viernes, 31 de mayo de 2024

El desaliento del maldito instante

 



No todos los días son iguales. Un halo de pesimismo recorre nuestro mundo en cualquier dirección que uno mire, incluso en lo personal. Israel y Gaza, Ucrania crecientemente arrinconada, el perdón que mediante la amnistía los ciudadanos españoles piden a los independentistas catalanas por lo que hicieron (con los indultos se les perdonaba, con la amnistía es a ellos a quienes se les pide perdón). En los días del mundo hay muchos como este, aunque los hombres siempre nos hemos ido levantando cuando el horizonte se despejaba, aún a sabiendas de que hay un inexorable final.


En días como este uno se deja llevar por la impresión de que todo está perdido: que Israel, y la democracia en esa zona de la tierra, será engullido; qué Ucrania será despedazada por el oso ruso, que apenas una parte de su territorio podrá unirse a Europa; que con la amnistía algo importante se ha quebrado, que el país se hundirá en un periodo de indefensión y desorden, los ciudadanos enfrentados; que la América trumpista será el aldabonazo final; que se habrá cerrado el paréntesis de la Ilustración y con él la democracia y los derechos, los anhelos de libertad e igualdad, pues según Emmanuel Todd el muy poblado y emergente resto del mundo culpa de sus males a Occidente y no quiere para nada seguir su modelo, aunque bien sabemos que son las autocracias que gobiernan a ese resto del mundo a las que no interesa el sistema liberal: "Nosotros diremos al pueblo que sus intereses son superiores a los de las instituciones democráticas", dijo Lenin en 1917, al poco de la Revolución de octubre. La democracia no da de comer, sería el corolario.


La historia está llena de periodos oscuros, unos más largos y otros más cortos. Cómo saber si entramos en uno de ellos. Optimismo de la voluntad.


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Musik: The price of love




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