sábado, 2 de septiembre de 2023

Identidad y diferencia

 



Una dialéctica ha dinamizado la política y el debate social desde la época de la Ilustración, la preeminencia entre libertad e igualdad. Los seres humanos necesitan ser libres para emanciparse de las malas ideas del pasado, de la autoridad otorgada, de los sistemas totalitarios, de las leyes impuestas, de las creencias y costumbres irracionales. El combate por la libertad no se ha hecho en solitario sino en compañía. Los hombres se sienten libres si ven libertad a su alrededor, iguales a uno mismo. La libertad de un solo hombre es dictadura. Ambas libertad e igualdad iban de la mano. Hay un elemento sin embargo que las separa, el progreso.


¿Hay que ligar la prosperidad común al deseo individual de enriquecerse, de tener una vida mejor que la que conocemos? La historia de la humanidad parece apoyar la idea de que el progreso está ligado a la voluntad de enriquecimiento personal, a la competencia entre hombres por adelantarse en la carrera hacia lo mejor. En esa competencia libertad e igualdad se divorcian. ¿Es preferible una sociedad en la que los hombres pelean por alcanzar los puestos más altos hacia el bienestar personal a otra en la que la virtud aconseja cooperación y solidaridad, una organización de la sociedad en la que nadie se quede atrás según el principio de que los hombres además de libres son iguales? La libertad por encima de todo frente a la igualdad por encima de todo.


La derecha vestida de azul se abonaba a la primera idea; la izquierda teñida de rojo buscaba imponer el principio igualitario. Una pelea convertida en guerra civil fratricida desde los albores de la Ilustración hasta finales del siglo XX. ¿Qué está pasando en este siglo XXI?


La izquierda se ha aferrado a un principio nuevo que parece derivarse de la voluntad de emancipación y autonomía asociado a la libertad, el principio de identidad. El individuo proclama el poder sobre su propio cuerpo, el derecho a definirse sexualmente entre muchas opciones, su pertenencia a un grupo humano separado de otros grupos. La identidad como fuente de derecho. En el otro lado, por el contrario, la derecha recoge la idea ilustradas de igualdad para extenderla al mapa de lo político. Libres puesto que iguales: no puede haber libertad si la igualdad se fragmenta, si solo se da en grupos de afinidad. Es la igualdad de derechos la que nos hace libres, lo contrario que la identidad que separa y privilegia a unos sobre otros.


Desde esa perspectiva los grupos identitarios han escogido coalición en esta tensa espera por formar nuevo gobierno en nuestro país. Los privilegiados por su condición de pertenencia grupal prefieren a Sánchez y a Yolanda por encima de Feijóo. Se ve con claridad en los partidos que defienden el privilegio étnico. Un privilegio con doble dirección: en el trato separado por territorios, Cataluña y Euskadi y Navarra frente al resto de territorios segundones a los que se considera de forma general y aparte; y en el interior de esos territorios en el trato que reciben quienes no se identifican dentro de la comunidad étnica o son considerados foráneos. Visto el éxito desde el inicio de la democracia de lo vasco y lo catalán como entidades prestigiadas, separadas y beneficiadas, una nueva dialéctica está corroyendo los fundamentos de la política: la afirmación identitaria frente al ciudadano como sujeto de derechos (Urkullu propone La desigualdad como programa de gobierno, incluso llevándola a la Constitución). Territorios en busca de identidad (Teruel existe); colectivos en busca no de igualdad desde una condición hasta entonces subordinada sino de afirmación de su diferencia, no para ser iguales en derechos al resto de ciudadanos sino para obtener un privilegio que los destaque (comunidad gay, comunidad trans, comunidad femenina, comunidad animal). Detrás de la diferencia se esconde para dar su zarpazo la desigualdad y el privilegio


Se enterró la vieja dialéctica cuando los filósofos posmodernos franceses sustituyeron libertad e igualdad por diferencia e identidad. El proyecto del hombre ya no es emanciparse sino distinguirse en los nodos de relaciones sociales donde la característica principal es la diferencia.


Para la izquierda tanto la libertad como la igualdad se han hecho sospechosas. En cambio la derecha lleva mal la resignación de los papeles tradicionales en función de un supuesto orden natural de las cosas. La derecha se ha izquierdizado y la izquierda se ha derechizado. En la práctica, eso significa que la derecha se ha socialdemocratizado, incluso su sector reaccionario, y la izquierda, además de normalizar la ideología woke, está asumiendo las tesis nacionalistas.



1 comentario:

Anónimo dijo...

El orden liberal anterior buscaba , .emancipación y para ello necesitaba un marco de "ciudadanos libres e iguales", el individualismo es solidario con una homologación laica, sin atributos, ciudadano sin adjetivos. La izquierda se rebela contra esto añadiendo primero el.adjetivo de la clase , la libertad material debe anteponerse a la libertad formal. Una segunda izquierda la que hay ahora , woke, le añade a la clase el adjetivo de la identidad cuestionan el "falso neutro " que supone el ciudadano sin. Atributos del orden liberal y plantean una nueva ciudadanía donde la identidad prlme sobre la igualdad general como dice sanchez cuenca. Fukuyama escribio "identidad" dándose cuenta de que el marco liberal de igualdad formal y homologación neutra no Colma las necesidades identitarias , vamos hacia un nuevo estado corporativo formado por nichos más que por individuos sin atributos .el liberalismo se ha quedado fuera de juego , y la Batalla es entre los que defienden unas identidades frente a otras , valencianos contra catalanaes, feministas contra transgenero, autoctonía frente a diversidad , patricios frente a clases populares. En casi cada país hay una identidad queja ha dominado haciéndose pasar por lo neutro , wasp en usa, castilla en España, catalán en cataluña, y ahora otras identidades aparecen para cuestionarlo, afroamericanos, andaluces, tabarnia. En occidente la idea de lengua franca y falso neutro hace aguas , tanto por las diferencias de clase como por el empoderamiento multicultural y plurinacional , aparecen también identidades reaccionarias para defender privilegios en nombre de la neutralidad, wasp, franquismo, algo habrá hecho el liberalismo para no convemcer a tantos o lknha dejadme todo e. Manos de la suerte economica sin repartir el pastel y ha vendido como neutra una identidad de parte , en cualquier caso parte del identitarismo por si idea de librre elección es hijo del liberalismo , pero otra parte ya lo supera ,. La paradoja de la identidad es que neiga la diferencia puess identidad es lo opuesto a la diferencia, más bien rendriak que ser diferencialistas y defender la plurinacion y multiculturalismo pero no en una libre elección liberal sino respetando marcos naturales , cierto que no se puede obligar a menores a estudiar en catalán , pero también hay que reconocer que en catalán es la lengua propia de Cataluña , y si ellos no quieren tendrán derecho a mantenerla , esto rebasa el marco liberal para el que solo hay igualitarismo