Ah, but you were tender, as soft summer wind
Someone to remember when the cold closes in
You were colour to the moon
You were flowers come to bloom with sweet perfume
And you were tender as soft summer wind
(Youtube: Colour To The Moon - Allan Taylor)
Hasta esta florecilla, tan parecida a la avena, próspera más que yo. Han bastado unas pocas gotas para que este campo que parecía seco e improductivo se llenase de esta planta a la que nadie echaría de menos, pues no se ve a nadie que venga a recogerla o alimentarse con ella. Hasta esta planta tiene más compañía, ahora que la brisa la mueve de norte a sur y baila junto a sus compañeras una danza sin fin, baila y se detiene hasta que el viento vuelve a rizar sus florecillas blancas que se agitan doblando el tallo sin que se desplome contra el suelo; le quedan unas semanas hasta que el sol la agoste y el suelo vuelva a su sequedad. También tú florecías cuando te conocí, tu tallo largo sin apenas moverte llevaba tu cabeza y tus ojos hacia mi, hacia el paisaje que se abría ante ti. Lo tiene más fácil esta planta que yo, nace en compañía y en compañía vive su corta vida, en su inconsciente felicidad es lo que debe ser.
Si aparto el sonido irritante de los grillos y el dulce de las avecillas que sobrevuelan el campo, si no hago caso de la trompetería que a mí espalda anuncia tormenta y pongo el oído en el leve viento que llega del norte, oigo el murmullo de la avena, indistinguible casi, pero sonoro al oído atento, una señal que aún no logro descifrar, de cuando estás medio traspuesta en el sofá, la última cabezada antes de pasar del duermevela al sueño, una imagen una idea una emoción que tú no sabes y yo no sé definir y que como arte de magia sobrevuela la distancia hasta este campo de avena para que se engarce con la mía y vibre en la única nota que es capaz de emitir, la nota que ahora capta mi corazón y me hermana con la avena silvestre, la nota que escapa de ti cuando entras en el sueño por el que entro yo.
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