"Siempre he recelado de los escritores de alta literatura y sus pretensiones de inmortalidad. Prefiero a los escritores de suspense y a los poetas. Me gustan los autores que saben que están librando una batalla perdida".
Como los autores de novelas negras o policíacas son escritores mediocres, si no se dedicarían a escribir literatura, suelen tener una idea más o menos brillante que desarrollan durante unas cuantas páginas o capítulos hasta que se agota su imaginación. Luego, las novelas renquean con mayor o menor oficio hasta la puñalada final. El autor de Ocho asesinatos perfectos, cuyo nombre he olvidado -dicto al móvil esta nota sin tener a mano el libro-, ha tenido una idea que a los consumados lectores nos atrae que es hablar de libros. El narrador y asesino es un librero especializado en novelas de suspense en Boston. En un blog asociado a la librería escribió una vez la lista de ocho libros en los que se cometió un crimen perfecto, aunque podía haberla reducido a uno solo, Extraños en un tren de Patricia Highsmith, porque el artefacto que diseña este escritor comienza y acaba con esa novela que Hitchcock llevó a la pantalla con gran éxito. La idea de Highsmith era brillante -las novelas de Patricia Highsmith deberían estar en los estantes de literatura más que en los de suspense-, dos extraños entablan conversación por azar en el vagón de un tren. Ambos quieren matar a una persona e idean un plan para un asesinato perfecto: intercambiarán a sus víctimas de modo que no se establezca un móvil entre el asesino y la víctima.
Con mucha torpeza y con demasiados cabos sueltos que encajar, el autor idea una sucesión de crímenes de algún modo relacionados con el episodio central de cada una de las ocho novelas de la lista. Mientras habla de novelas de suspense, y aparecen muchas, la lectura es agradable y de cierto interés, como les ocurre a los lectores aficionados a las listas de los mejores libros del año o de recomendados para las vacaciones, pero cuando se ve obligado a armar una novela con sentido, que es lo que sucede en la segunda parte, casi todo se vuelve gratuito y si pretende sorprender al lector con giros inesperados la verdad es que no lo consigue. Lo mismo que sucede con casi todas las novelas de este tipo. Siempre prometen más de lo que dan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario