Ubuntu

 

¿Hemos dejado de hacernos preguntas? Preguntas que nos comprometan, que nos cuestionen, que nos pongan en movimiento. En paralelo no cejamos en atribuir responsabilidades de lo que va mal a los demás. Dejamos de hacernos preguntas porque estamos encallados, como un barco que no puede reemprender el curso. Inactivos, sin chispa que ponga en marcha el motor. Por dónde comenzar para salir del marasmo. No sé cuál es la palabra que mejor define nuestro estado, quizá no sea individualismo y sí atomismo. Yoes separados, estáticos, que han perdido todo sentido de trascendencia. Hemos apartado la idea de Dios de nuestras vidas pero no la hemos sustituido por otra que las dé sentido, una fuente trascendente de valor. Los africanos meridionales tienen una palabra 'ubuntu' para hablar de la humanidad hacia los demás, el vínculo universal de compartir que conecta toda la humanidad. Una persona es en relación con los demás. 

Practicamos la democracia cuando periódicamente toca como un agregado atómico de yoes. El resultado no es una voluntad colectiva de transformación, una puesta en marcha por consenso sino la imposición (¡victoria!) de una parte de yoes sobre otra parte. Así que cuando establecemos normas leyes (eutanasia, aborto), cuando fijamos valores, no lo hacemos con el convencimiento colectivo de que es lo mejor sino con el sentido agonista del triunfo sobre adversarios o enemigos, en contra del espíritu con el que fueron creadas nuestras constituciones: "Nosotros, el Pueblo...". Si no hay una fuente trascendente de valor, cualquier acción individual está condenada al fracaso. Nuestras acciones no se enmarcan en un plan, en un proyecto, en un conjunto de ideas y valores que la sociedad aprecia o desaprueba. Vemos como hombres incompetentes e irresponsables no se hacen cargo de sus acciones, que hacen daño al conjunto de la sociedad, y si alguna vez se declaran responsables lo hacen sin consecuencias. ¿Cómo desembarrancar si dejamos de hacernos preguntas?