martes, 10 de marzo de 2020

El visitante (The Outsider)



En una pequeña localidad se comete un crimen espantoso. Un niño, con quien se han ensañado. La policía se hace cargo. Los primeros capítulos tienen toda la pinta de una historia criminal. Implican al entrenador del equipo local. Ya se sabe que ese hombre bueno y familiar no puede ser, lo que azuza el interés por la trama. Hay más crímenes parecidos en los alrededores. El asunto pasa de turbio a extraño y a sobrenatural. Contratan a una detective especializada es ese tipo de casos. Hay una entidad que infecta mediante rasguños o heridas a personas que se convierten en asesinos de niños. Luego la cosa se complica y hay muertes de todo tipo con traca final. La serie se basa en una novela de Stephen King. Hay gente que disfruta leyéndolo. Yo no lo he leído, ni lo haré. No me gusta el género fantástico. ¿Por qué empecé a ver la serie? Hay toda una legión de comentaristas de series. La serie está bien facturada, pero no hay nada dentro, como esas nueces que cascas y el fruto está seco. ¿Qué hace avanzar la serie? Suceden cosas, crímenes, los protas van de aquí para allá, aparecen un montón de actores, pero no tienen nada que decirse. Me sorprende que todos esos actores adultos hablen en serio prestando su jeta de cosas que no tienen sentido, con la misma seriedad y preocupación que si tuviesen una conversación sobre el avance del coronavirus. Para darle intriga, misterio e interés, la cámara adopta puntos de vista inhabituales, el respaldo de una silla, el lateral de una estantería, el morro de un coche, la espalda de un sujeto y los actores, como no tienen texto, no hacen otra cosa que gestos, caretos, miradas sumidas o perdidas. Qué nos dice una serie como ésta de este tiempo. Muchas cosas. Nos habla del tipo de entretenimiento, de qué se valora en la creación contemporánea y de que la realidad tout court nos es insuficiente o no interesa. Necesitamos que nos asusten, que nos intranquilicen, que pongan mordiente en nuestras vidas. Y a fe que lo están logrando, no los creadores y las productoras de tv sino la propia naturaleza con sus susto mortal y quien la gestiona.

Gomorra

Las primeras tres temporadas de esta serie basada en la novela de Saviano sobre la mafia napolitana me divirtieron, la tercera, así, así. Esta última es espantosa. Vacía, vacía. Por qué la he visto pues, por lo mismo que la anterior, porque al final del día necesito que mi mente se relaje, nada más, y pocas cosas relajan más que una ensalada de tiros, unos cuantos muertos en el plató y personajes malvados que encuentran su merecido.


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