miércoles, 18 de septiembre de 2019

Sobre el curso del río Amu Daria



El Vajsh o río rojo (Surkhob en el norte de Tayikistán, Kyzyl-Suu en Kirguistán) recibe su caudal de dos grandes glaciares de Tayikistán, el Fedchenko y Abramov, el primero el más largo fuera de las regiones polares, antes de desembocar en el Panj. El Panj reúne las aguas del Pamir y del río Wakhan. Siguiendo la estrecha orilla de ambos ríos, el Pamir y el Panj, he tenido, durante cinco días, una de la experiencias más intensas y polvorientas del viaje por Centro Asia, con la mirada incansable puesta en el árido y montuoso Afganistán, que el curso de los ríos separa de Tayikistán y que fue escenario de las operaciones soviéticas en el conflicto con Afganistán. Cuando el Vajsh y el Panj se juntan fluyen con el nombre de Amu Daria hacia un destino que ya casi no existe, el Mar de Aral.

El río Amu Daria, Oxus para los clásicos, recorre 2.400 kms. Se habla del Nilo, del Tigris y el Eufrates y del Amarillo como fuentes de la civilización, pero el Amu Daria no ha sido menos importante. El río dio vida a una civilización que algún día los arqueólogos harán emerger del polvo en que se halla sumida, la de Corasmia o Jorasmia o Khwarezm. El río ha cambiado varias veces de curso por terremotos o por la acción humana. Gengis Khan lo desvió para inundar Konye-Urgench, la ciudad que fue su capital, en el actual Turkmenistán. Seguir su curso desde la alta meseta del Pamir hasta el Aral o el Caspio, pues a los dos llegaba por distintos ramales, daría para un entretenido viaje por la parte sur de la Ruta de la Seda. El Panj primero y luego el Amu Daria delinean las fronteras entre Tayikistán y Afganistán, después entre Afganistán y Uzbekistán durante 200 kms y entre Afganistán y Turkmenistán otros 100 km más, antes de dirigirse hacia el norte para separar a Turkmenistán de Uzbekistán, perdiéndose al fin en el desierto. Tras el megalómano proyecto soviético desde finales de la década de los 50 de convertir las llanuras desérticas en plantaciones de algodón, el río desviado en muchos canales de irrigación se deshace en la nada. Lo mismo que le sucede a su hermano gemelo el Sir Daria (2212 km), el clásico Yaxartes, por el norte de esta rica región en acontecimientos históricos. No todo el agua de los ríos llegaba a su destino antes del desastre ecológico, buena parte se evaporaba por el intenso calor del desierto, pero los glaciares del Pamir proporcionaban tanta como para que se conozcan épocas en las que el Mar de Aral se desbordaba.

Entre ambos ríos discurrió una civilización casi desconocida, un cruce de pueblos, lenguas, religiones y culturas, con una historia que se remonta al menos hasta el 3.000 ac. El corasmia o khwarezmian, emparentado con el sogdiano, era el idioma de la región y se habló hasta las invasiones túrquicas. Sin una cultura tan ancha y honda como larga no se explicaría la aparición de algunas de las mentes más brillantes de la historia: Al-Khorezmi, Al-Birumi o Avicena. Las grandes bibliotecas de Jiva y Bujará que guardaban los tesoros de esa civilización fueron destruidas por Gengis Khan. Una entera civilización perdida.


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