Venía
por los collados de nieve suelta y nieve retenida
su
bici de montaña sus gafas de miope su mochila
solo
en
el albergue tendió su saco para dormir junto a la puerta
¿rodaba
o arrastraba la bici cuesta arriba?
***
Cientos
quizá los que ascienden a Respomuso
parejas
mujeres solas niños perros
cuadrillas
de jóvenes
ancianos
con pesadas mochilas
miden
el paso sobre lajas sueltas calculan
les
falta el aire resoplan se detienen
no
todos saludan es sábado
en
el refugio no hay cama para todos
¿bajarán
dormirán a la intemperie
seguirán
a otro refugio?
***
Hay
valles hay collados hay cimas
hay
senderos de piedra rota
hay
bajadas largas con escalones torcidos
hay
neveros de nieve engañosa
hay
piedra suelta gravilla deslizante
algún
pequeño descansillo
agua
inestable apenas retenida
cascadas
arroyos vigorosos pequeños lagos
ibones
represas muros de contención
y
muchos mosquitos
***
Mira
hacia arriba deshazte de los bastones
afirma
la mochila sobre tus espaldas
clava
la vista en los salientes
si
crees que alguien va peor que tú estás a salvo
primero
un pie luego el otro una mano la otra luego
sube
avanza hacia un costado
que
no te importe dónde está la cima
no
se te ocurra mirar abajo
quizá
levantes el pulgar cuando has llegado
o
golpees con fuerza la palma abierta de un colega
quizá
mires el paisaje los picos lejanos
o
los que se esconden entre brumas
quizá
filmes una panorámica de 360º
o
quizá charles con un montañero
que
ha escogido otra vía para subir al mismo sitio
en
un descanso de agua barritas y frutos secos
pero
no eres tú no eres la prueba
no
has venido aquí para dejar constancia
en
una fotografía de reconocimiento
en
el espejo de otros ojos que reflejen los tuyos
subir
con los ojos puestos en la roca
bajar
seleccionando la piedra firme o menos suelta
las
trazas de un sendero pisado anteriormente
en
esa atención extrema está el alma de la cosa
***
vio
mi espalda herida por mil mosquitos
sonreía
cenaban en el comedor abarrotado
muchos
vascos en vasco corrompido de españolismos
algunos
catalanes franceses solitarios
el
alemán de la cerveza torpe y ancho
que
una noche durmió en la litera de arriba
y
sus cosas caían sobre mi cabeza
cómo
pasaba los collados me pregunto
sentí
complicidad en su mirada
tenía
el pelo recortado canoso elegante
no
tenían cama en el refugio
los
mosquitos él también me dijo
mosquitera
llevo mosquitera me dijo
lo
vi en un alto en la mañana temprano
salía
de la tienda el aire cálido
la
cabeza con sombrero de rejilla
lo
vi de nuevo aquel día por la tarde
con
cama en el refugio ahora sí
contaba
su historia triste
cuando
subía por el nevero al collado
antes
de ascender el Gran Facha
cayó
se le quebró la rodilla operada
no
había perdido su sonrisa blanca
les
hacía un favor a sus colegas
bajaría
renqueando a La Sarra
cogería
el coche hasta Bujaruelo
sus
compañeros alargarían la caminata
***
Eliseo
la montaña 21 veces la montaña
nunca
tomada en vano una a una cada año
todos
un ángel llevamos dentro
a
Eliseo dos ángeles lo vigilan fuera
Victorino
mira sin miedo las alturas
asegura
firme cada paso
Eladio
el del metrónomo
para
ir hasta donde la luz de julio llegue
Chema
y Rafa encienden el motor de la cerveza cada tarde
Álvaro
pregunta y aprende
palpando
en la montaña el máster del reconocimiento
Félix
dubitativo rompe cordones para ser sí mismo
Nines
pequeña sonriente amable positiva
un
sinsabor no va más allá de su boca reseca
Ana
feliz de haber llegado tan lejos
de
haber empezado tan tarde a subir tan alto
Teresa
y Maria Jesús recuerdan la montaña
vivida
las mieles sin riesgo
ellas
los ángeles de Eliseo
Rubén
pegado a sus libros ligeros
callado
hasta que un resorte lo dispara
y
yo mismo
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