En un mundo beatífico donde todos son adoradores de la promesa la libertad es superflua.
Todo
texto, toda frase contiene un elemento de ambigüedad, de aparente
incomprensión. Es la exigencia de la lengua que pertenece al autor y
al lector. La lengua se abre paso entre la escoria y el barro, de ese
modo alumbra significados ocultos o advenedizos, añade belleza y
amplifica el significado. Destripar un poema o una frase no
totalmente comprensible reduce su riqueza y a veces amilana a la mente
predispuesta del lector. Veamos.
De
la promesa obtienen su fuerza las religiones para el imperio de las
almas, con ella asaltan la frágil fortaleza de las mentes el
comunismo y los socialismos del siglo XXI, los socialdemócratas
alcanzan su efímero poder prometiendo bienestar a sus crédulos
votantes, los techies creen que la tecnología les traerá la
eternidad. Qué peor atadura para la novia que ser la prometida, si
acepta ese dulce lazo se convertirá en esclava del marido y en
sierva del hogar. Hasta los aficionados abren paréntesis en sus
aperreadas vidas para tocar felicidad. Como toda promesa será
desmentida con el tiempo, los grandes e insustituibles líderes serán
ungidos, autoungidos en realidad, para elevar la promesa a profecía
de modo que aplace su cumplimiento a un tiempo ahistórico. En esos
procesos la libertad desaparece. Los fieles, los militantes, los fans
aceptan el arillo del compromiso, renuncian a sí mismos.
Sin
discrepancia no hay libertad. La libertad es la garantía para todos
los demás derechos. Y deberes. Nos permite conocer lo que esconden
las proclamas igualitaristas. Un hombre libre no lo sería si
eludirse la responsabilidad y el deber, el compromiso consigo mismo.
Solo una sociedad en minoría de edad adora la igualdad como dios
único. Tales sociedades han acabado en la esclavitud. Al hombre
libre le repugna presentarse como víctima, aceptar compensaciones,
subvenciones, ayudas, subsidios. Nada más lejos de la libertad que
exigir reparación y venganza.
Comprender
requiere esfuerzo, alcanzar la escurridiza verdad.
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