martes, 14 de mayo de 2019

'Amigas de los judíos'



Cuenta Patrick Modiano en Dora Bruder lo siguiente:

Entre las mujeres que Dora pudo conocer en Tourelles se encontraban lo que los alemanes llamaban «amigas de los judíos»: una docena de francesas «arias» que habían tenido el valor, en junio, el primer día que los judíos debían llevar la estrella amarilla, de llevarla ellas también en señal de solidaridad, pero de manera fantasiosa e insolente, según las autoridades de ocupación. Una se la había colgado al cuello a su perro. Otra había bordado en ella: PAPOD. Otra JENNY. Otra se había pegado ocho estrellas en el cinturón y en cada una figuraba una letra de la palabra VICTORIA. Todas ellas fueron detenidas en la calle y conducidas a la comisaría más próxima. Luego a prisión preventiva. Luego a Tourelles. Luego, el 13 de agosto, al campo de Drancy. Las «amigas de los judíos» ejercían las profesiones siguientes: mecanógrafas. Dependienta de papelería. Vendedora de periódicos. Ama de casa. Empleada de Correos y Telégrafos. Estudiantes.
En el mes de agosto las detenciones se fueron haciendo más y más numerosas. Las mujeres ni siquiera pasaban por la preventiva y eran conducidas directamente a Tourelles. En los dormitorios para veinte personas se hacinaban alrededor de cuarenta. En semejante promiscuidad el calor se hacía asfixiante y la angustia se apoderaba de ellas. Comprendían que Tourelles no era más que un lugar de selección donde estaban en peligro de ser enviadas a un destino desconocido.
La noche del 12 de agosto en Tourelles se difundió el rumor de que todas las judías y las que llamaban «amigas de los judíos» saldrían al día siguiente hacia Drancy. A las diez de la mañana del día 13 pasaron lista interminablemente en el patio del cuartel, bajo los castaños. Último desayuno a la sombra de aquellos árboles. Una ración miserable que te dejaba hambriento.

Llegaron los autobuses. En cantidad suficiente, al parecer, para que cada prisionera pudiera sentarse. Dora como todas las demás. Era jueves, día de visita. El convoy se estremeció. Estaba rodeado de policías con cascos y motorizados. Tomó la ruta que se sigue hoy día para ir al aeropuerto de Roissy. Han transcurrido más de cincuenta años. Han construido una autopista, arrasado chalets, cambiando de arriba abajo el paisaje de este suburbio del nordeste hasta volverlo, como el islote 16, lo más neutro y gris que han podido. Pero los carteles indicadores del aeropuerto llevan aún los nombres antiguos: DRANCY o ROMAINVILLE. Y al borde mismo de la autopista, del lado de la puerta de Bagnolet, queda un resto del naufragio de aquel tiempo, un hangar de madera, que ha sido olvidado y ostenta una inscripción bien visible: DUREMOND".

Ni que decir tiene que las que salían de Drancy iban en dirección a Auschwitz. Cualquier comparación actual con el valor de las “amigas de los judíos” sería odiosa.


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