lunes, 8 de octubre de 2018

Basho

 
         Una vez Butchô, maestro de Zen de Bashô, lo visitó en su chocilla en compañía de varios poetas, y le preguntó cuál era el camino de Buda. En ese momento se zambulló una rana y Bashô improvisó como respuesta:

Se zambulle una rana,
ruido del agua.

         Butchô comprendió que Bashô había llegado al nirvana. Le dijeron que completase el poema y algunos de los presentes, infelices ellos, incluso le sugirieron el primer verso: Ocaso obscuro (Yoiyami ya), En soledad (Sabishisa ni), Unas mosquetas (Yamabuki ya). Pero el maestro dijo:

Un viejo estanque.

[Así se completó el haiku más famoso de Basho y de la poesía japonesa]

Cómo no recordar el kaiku perfecto de otro maestro y poeta español, Antonio Machado:

Junto al agua negra
olor a jazmines:
noche malagueña.

(De la introducción de Antonio Cabezas a Senda hacia tierras hondas, de Matsuo Basho).

      A ver si va a resultar que la realidad es sucia y engañosa y falsificadora y solo la literatura nos la devuelve pasada a limpio.

Hokkaido. De Hakodate a Noboribetsu.






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