lunes, 25 de junio de 2018

14. A Laxe – Santiago



                Ani y yo decidimos hacer la última etapa por carretera. No así, Ramón que es un purista de los caminos y las corredoiras. La etapa es fácil, siempre hacia abajo excepto en el último tramo hasta llegar a Santiago. Nos costó encontrar un bar donde desayunar, más allá de Silleda, junto a otros madrugadores. La mañana era neblinosa y algo más fresca que la de los días de atrás. Antes de llegar a la Plaza del Obradoiro nos pasamos por la estación de autobuses para mirar horarios. Ya nos estábamos yendo, aunque nos quedaba un día entero por delante. Ya en la plaza nos encontramos con Ramón que había venido como un bólido. Nos hacemos las fotos de rigor, ya casi desmantelados los andamios de la fachada, pero sin poder acceder aún al Pórtico de la Gloria. Me suena todo tan visto que no me produce ninguna emoción especial. Buscamos albergue en el Seminario Menor de Belvís, un enorme edificio multiusos siempre lleno de peregrinos, de estudiantes, de gente. Ducha, misa de peregrinos en la Catedral, comida sosa y barata, de precio y de calidad, en la Hostería del Seminario Mayor, donde en otras ocasiones me he alojado.


                 Santiago se ha convertido para mí en una rutina. El certificado de la Compostelana, con colas inimaginables esta vez, pues en las ocasiones anteriores había llegado en noviembre, los lugares que toca visitar, el super donde invariablemente compraba queso de Arzúa y membrillo, esta vez no, las calles por primera vez secas, la marabunta de peregrinos que llegan y llegan sin cesar. Luego, paseo por el barrio de Belvís, por la Rúa y Plaza de San Pedro, para mí desconocidos. Sin embargo, cualquier toque místico ha desaparecido, si alguna vez lo hubo. Este no ha sido un ‘camino’ sino un viaje deportivo. Hemos rodado demasiado rápido sin tiempo para apreciar el paisaje, los monumentos, los lugares, apegados a la rodada de la bici, sin tiempo para conversar con la gente, para hacer algo de vida comunitaria en los albergues, sin compartir. Le ha faltado aquello que tiene de especial el ‘camino’. Sin embargo, era algo que quería hacer desde hace tiempo, unir la Vía de la Plata y la bici. Pero me quedan otros muchos caminos por hacer. 50,78 km.

                 En total, hemos recorrido 1.028 kms, 12,49 de desnivel acumulado. Esta es la página que me ha servido de orientación, de la que he tomado los tracks.



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