martes, 5 de junio de 2018

Besos humanos, de Francisco Ferrer Lerín



                  Aunque esta es una antología o selección de textos más o menos narrativos hecha al gusto del antólogo, que no del autor, se aprecia en la lectura el espíritu libre, la concepción libérrima que de la literatura tiene este escritor. Algunos de los textos tienen la estructura de un relato breve, otros la consistencia irracional del sueño, algunos la reserva del diario íntimo y otros la escritura informe de la ocurrencia, hay textos incluso que parecen informes del ornitólogo, especializado en grandes rapaces, que también es el autor. Es una literatura sorprendente, directa, despojada de grasa retórica, hasta, en ocasiones, cercana a una poesía tan estilizada, tan cerrada en sí misma, que es difícil encontrarle sentido si el lector no dispone de las claves para acercarse a ella, si es que esas claves existen. Pero también hay relatos muy breves y directos donde la sorpresa viene tanto de la limpieza estilística como de la historia narrada, a veces brutal. Las prosas de este libro tienen orígenes y cronologías muy variadas, por lo que los textos son como estrambotes de una precedencia que les falta, no se siguen unos a otros, no hay continuidad y como son textos breves, el libro puede leerse a salto de mata, que es como creo debe leerse, al mismo tiempo que se leen otros libros, con lo que, por confrontación, gana y deja en mal lugar a los éxitos del día. Eso sí, a medida que uno va leyendo, va viendo las marcas de agua, el sello Ferrer Lerín, seco, provocador, con un desprecio contenido hacia la mediocridad y el sentimentalismo que se aprecia si uno ve el humor que destilan sus cuentos crueles. Al autor se le han dedicado muchos calificativos para justificar el desconocimiento que en general se tiene de él, apreciaciones que suelen señalar más al crítico que al escritor, así que lo mejor es leerlo y que cada cual saque su propia conclusión. Veamos un ejemplo: RTU

RTU




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