martes, 25 de abril de 2017

The Knick



Esta es una serie breve, emitida entre 2014 y 2015, con dos temporadas y 20 capítulos, pero original. El escenario principal es un quirófano donde el cirujano doctor Thackery realiza sus operaciones a modo de clase para otros médicos y de espectáculo para un público ansioso por conocer novedades y que se sienta en las gradas que circundan el teatrillo. El doctor Thackery, el personaje principal -una gran creación de Clive Owen-, está dispuesto a todo con tal de adelantarse a su tiempo para salvar vidas. Su actividad estresante le convierte en un adicto a la cocaína y a la heroína. En el hospital Knickerbocker pululan un montón de personajes que representan lo viejo y lo nuevo en el Nueva York de 1900, que es cuando sucede la acción y que desconoce la penicilina y la anestesia moderna: la aristocracia de los negocios benefactora del hospital, un gerente a la espera de un pelotazo que le haga ser admitido en el restringido club del patriciado local, médicos cuya ambición es la innovación para evitar las muchas muertes hospitalarias y otros que defienden, y ponen en práctica, teorías que ahora nos repugnan, como la eugenesia, pero que entonces contemplaban como progreso y muchas mujeres asumiendo diferentes roles: ricas altruistas, prostitutas, enfermeras arribistas y personajes excéntricos para la época como una monja abortista o un cirujano negro.

En la serie hay intrigas y pasiones, todo aquello que los guionistas saben que nos va a atrapar y hacer seguir la serie hasta el final. Los creadores de ficción experimentan en todas las direcciones, pero por ahora beben de las fuentes de los modelos de la novela. Incluso diría yo que están en la etapa infantil o juvenil de esta nueva forma de contar historias. A muchos nos parece que los episodios que Cervantes intercala en el Quijote, como la historia de Marcela, la del curioso impertinente, la del capitán cautivo o la de Ginés de Pasamonte, ajenas al andar de Don Quijote y Sancho, son un pegote que el autor nos podía haber ahorrado. Pues bien, las series actuales están llenas de tramas secundarias y The Knick no es una excepción. Algunas están bien trabadas, más o menos justificadas en relación al asunto principal, pero otras solo tienen la función de hacer durar la serie.


Los escenarios de época son someros, unos cuantos apuntes de callejeo: coches de caballos y alguno de combustión, el anuncio de la construcción del metro y muchos decorados de interior con el correspondiente vestuario de época.

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