viernes, 24 de febrero de 2017

Hogar inteligente



          No está lejano el día en que un hombre en un coche sea un paquete más, ya no el conductor que manda y dirige, atiende a los imprevistos del viaje y toma decisiones inmediatas. La AI con que aparecerá de fábrica el coche será mucho más hábil que nuestra inteligencia natural para detectar los imprevistos y dirigir la máquina del modo más efectivo y menos peligroso. Pero es que eso también está sucediendo con la casa, con el hogar donde el hombre se refugia para descansar o para salvaguardar su intimidad. La casa ha evolucionado desde los primeros asentamientos. No se ha construido del mismo modo en Oriente que en Occidente, en África subsahariana que en el mundo islámico. Aquí es el lugar del bienestar, en algunos barrios de Bombay un minúsculo techo donde la intimidad es imposible. Es probable que las casas árabes contribuyeran al papel subsidiario de las mujeres y que los cuartos de las casas europeas destinados a funciones distintas fomentasen la individualidad y la autonomía al proveer a los miembros de la familia de habitación propia. Las nuevas tecnologías van a transformarla de modo radical. Estarán dotadas desde su construcción de materiales conductores y flexibles que la modificarán continuamente en función de nuestras necesidades anímicas, con sensores que no sólo nos harán la vida más fácil encargándose de poner en marcha toda la maquinaria que nos provee de confort sino que como una segunda piel captará nuestra temperatura física y emocional, la variación en las constantes corporales, las alteraciones psicobiológicas, de modo que irá cambiando el ambiente de nuestro hogar en función de nuestras necesidades. 

           La tecnología nos proporcionará un mayordomo particular, un médico que controlará día a día nuestra salud, un cocinero que sabrá mejor que nosotros lo que deseamos y lo que nos conviene. Nos envolveremos en una realidad virtual que nos proporcionará el paisaje deseado, el más propicio para nuestra urgencia mental, con las luces y sonidos adecuados, con vistas a la naturaleza o a los ensueños de la infancia. Arquitectos, informáticos y ambientalistas están trabajando en proyectos para convertir el hogar en una extensión viva de nuestra mente. Pero toda tecnología tiene la doble faz del cuchillo: resuelve muchos problemas, pero también es posible que genere necesidades nuevas; nos envolverás con una piel tan acogedora como la que sentíamos cuando estábamos en el útero, pero también es posible que el aislamiento y la soledad sea mayor que nunca.

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