1. Los
votantes: ¿Si te dicen que eres pobre, que eres feo, inculto, que tu manera de
pensar no es moderna, que eres insolidario con la gente que viene de fuera a
pelear por tu puesto de trabajo, que si votas por ese hombre sonriente y
parlanchín estarás en contra de la paz mundial, del progreso y de la integración, si la parte
rica, culta y glamurosa de la sociedad, toda esa gente, en la cima del sueño
americano, que gana tantos millones de dólares al año, en Hollywood, en las
canchas de basket, en las pistas de las salas de conciertos, en los canales de
tv, te mira por encima del hombre, vive a mil millas de tu hogar sin haberse
preocupado nunca por tu existencia y te dice que eres racista, machista y homófobo,
cuando llega el momento, no estarías tentado de darles una patada en el trasero?
2. El big
data: ¿No lo sabían todo de nosotros, las grandes tecnológicas –Apple, Google,
Facebook- no saben en cada momento lo que queremos comprar, cómo queremos
vestir, qué comer, dónde viajar, cuál es la mujer de nuestros sueños, cuáles
son nuestras opiniones exactas, nuestros pensamientos más íntimos? Hasta sostienen que ya no existe el libre albedrío y la responsabilidad personal, que somos máquinas biológicas programadas. ¿Qué decían
ayer mismo todos los institutos de opinión? ¿No decían que no haría falta
votar, que ya sabían el resultado exacto antes de que se produjesen las
votaciones? ¿Qué memes, sobre Trump y sobre Clinton, se han difundido durante
toda la campaña en EE UU y en todo el mundo, siempre los mismos, en la misma dirección? ¡Lo saben todo de nosotros! Nuestra conducta es predecible, saben
lo que vamos a hacer antes de que nosotros mismos lo tengamos en mente. Puede
que así sea, pero entonces no han tenido en cuenta una variable, la posibilidad
de una rebelión soterrada contra lo que nos sugieren que hagamos, que
compremos, que votemos, contra lo que hemos de hacer tal como el Big Data va
descubriendo en cada momento, una rebelión incluso a costa de nuestro propio
interés. Una variable que una y otra vez se les escapa: Colombia, Brexit, Donald Trump.
3. Nuestros
populistas: “Clinton, la representante del neoliberalismo, del poder de EE UU;
Trump, el populista, el antisistema. El suceso de hoy es un triunfo: la derrota
del establishment y la posibilidad de que con Trump la gran potencia
acelere su caída. Brindemos”. (¿No veis sus caras de regocijo?)
4. Hillary
Clinton, en su discurso final, ante los suyos: “Vosotros representáis lo mejor
de América”. (La derrota de la corrección política, de la superioridad moral: 9’ 01’’ y siguientes).
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