miércoles, 9 de noviembre de 2016

La derrota de la superioridad moral



            1. Los votantes: ¿Si te dicen que eres pobre, que eres feo, inculto, que tu manera de pensar no es moderna, que eres insolidario con la gente que viene de fuera a pelear por tu puesto de trabajo, que si votas por ese hombre sonriente y parlanchín estarás en contra de la paz mundial, del progreso y de la integración, si la parte rica, culta y glamurosa de la sociedad, toda esa gente, en la cima del sueño americano, que gana tantos millones de dólares al año, en Hollywood, en las canchas de basket, en las pistas de las salas de conciertos, en los canales de tv, te mira por encima del hombre, vive a mil millas de tu hogar sin haberse preocupado nunca por tu existencia y te dice que eres racista, machista y homófobo, cuando llega el momento, no estarías tentado de darles una patada en el trasero?

            2. El big data: ¿No lo sabían todo de nosotros, las grandes tecnológicas –Apple, Google, Facebook- no saben en cada momento lo que queremos comprar, cómo queremos vestir, qué comer, dónde viajar, cuál es la mujer de nuestros sueños, cuáles son nuestras opiniones exactas, nuestros pensamientos más íntimos? Hasta sostienen que ya no existe el libre albedrío y la responsabilidad personal, que somos máquinas biológicas programadas. ¿Qué decían ayer mismo todos los institutos de opinión? ¿No decían que no haría falta votar, que ya sabían el resultado exacto antes de que se produjesen las votaciones? ¿Qué memes, sobre Trump y sobre Clinton, se han difundido durante toda la campaña en EE UU y en todo el mundo, siempre los mismos, en la misma dirección? ¡Lo saben todo de nosotros! Nuestra conducta es predecible, saben lo que vamos a hacer antes de que nosotros mismos lo tengamos en mente. Puede que así sea, pero entonces no han tenido en cuenta una variable, la posibilidad de una rebelión soterrada contra lo que nos sugieren que hagamos, que compremos, que votemos, contra lo que hemos de hacer tal como el Big Data va descubriendo en cada momento, una rebelión incluso a costa de nuestro propio interés. Una variable que una y otra vez se les escapa: Colombia, Brexit, Donald Trump.

            3. Nuestros populistas: “Clinton, la representante del neoliberalismo, del poder de EE UU; Trump, el populista, el antisistema. El suceso de hoy es un triunfo: la derrota del establishment y la posibilidad de que con Trump la gran potencia acelere su caída. Brindemos”. (¿No veis sus caras de regocijo?)


            4. Hillary Clinton, en su discurso final, ante los suyos: “Vosotros representáis lo mejor de América”. (La derrota de la corrección política, de la superioridad moral: 9’ 01’’ y siguientes).

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