martes, 11 de agosto de 2015

Hambre de realidad


            Como sé que de vez en cuando quieres desperezarte y mantener tu mente en movimiento te aconsejo que salgas corriendo de casa y vayas a una librería bien surtida. Busca Hambre de realidad, (David Shields, Círculo de tiza), no te importe pagar lo que te pidan, ayuda al editor valiente que se arriesga con libros que tienen difícil venta, además no creo que lo encuentres en epub. En papel puedes subrayar y poner notas al margen, como sé que te gusta. No te arrepentirás. Construido con aforismos más o menos desarrollados (“Los aforismos son pensamientos complejos destilados en un sola metáfora”), es una especie de poética de nuestro tiempo: qué es el arte, qué la literatura, cuál la de este siglo, cuáles son sus formas. ¿Qué escriben hoy los escritores que importan, novelas, relatos, ensayos, autobiografías? ¿No nos sorprende continuamente la realidad como para recrearla como en los antiguos tochos decimonónicos llamados novelas? ¿Es más veraz el ensayo científico que el literario? ¿Cuál de los dos ofrece más conocimiento? ¿Y más placer? Quédate de momento con esta idea: “La vida entera es un experimento” (Montaigne nominó a lo que hacía Essais, que es algo así como ensayo, prueba, tentativa), y con esta cita de Graham Greene, “Cuando no estamos seguros, estamos vivos”. Y esta otra sobre el yo, “Solemos olvidar que, a fin de cuentas, quien habla es siempre la primera persona”. ¿Tiene sentido todavía escribir en tercera persona, construir personajes y tramas acabadas, obras completas, redondas, donde nada escapa al sentido? El ensayista tantea respondiendo a preguntas que tienen difícil respuesta.

            Cinco años hemos esperado a que este libro se tradujese al español, un mundo cuando todo cambia tan deprisa. Knausgård reconoce en una entrevista que este libro fue importante antes de comenzar su proyecto, Mi lucha. Así lo conocí yo.


            Y si no lo has comprado aún, el otro libro que acabará por despertarte es este, Sapiens, de animales a dioses, de Yuval Harari, de quien ya te he hablado. Dos grandes lecturas para lo que te queda de verano.


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