martes, 23 de junio de 2015

Maryam




            Sobre su cuerpecillo dormido, sobre su piel rosada, sobre sus manchitas rojizas sobrevuela el futuro. No hay nada tras ella, ni un pensamiento, ni una acción, solo un breve llanto y mucho sueño. Aun no ha cogido la teta de su madre, pero ya hay trazos, señales, direcciones apuntadas por su padre, por su madre, por quienes han empezado a quererla sin saber cómo será. Todo está por escribir. De momento es un cuenco de luz sobre el que se deposita el amor.

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