jueves, 28 de mayo de 2015

14, de Jean Echenoz



            Qué pocas páginas necesita Jean Echenoz para darnos una visión casi completa de los estragos de la guerra, de la Gran Guerra, en 14. Exactamente 98 páginas en la edición de Anagrama. Y qué pocos personajes, a los que recluta en la región de La Vandée, en torno a Nantes, tras los primeros días de exaltación patriótica, moviliza a las Ardenas, les hace caminar en los primeros meses en marchas interminables, les hace combatir bajo la lluvia, desorientados, bajo el fuego cruzado de amigos y enemigos, les hunde después en las húmedas, frías, pestilentes y fangosas trincheras, haciéndoles pasar hambre, sed, aburrimiento y miedo, acosados por el enemigo de enfrente, por los piojos y las ratas que tienen por compañeros y por los gendarmes de la retaguardia que los vigilan para que no abandonen, y, por fin, les hace caer destrozados por el impacto de un proyectil o de su metralla, los evacua porque dejan de ser útiles para el servicio o los fusila por abandonar su posición. Charles y Anthime, hermanos, subdirector y contable de la fábrica de calzado Borne-Sèze, ambos enamorados de Blanche, hija única de los dueños, embarazada. El primero, abatido en un Farman F 37 en misión de reconocimiento, el segundo de vuelta con el brazo derecho cercenado por el casco de un proyectil. Y los amigos de Anthime: Arcenel, guarnicionero, que un día al buen tuntún abandona su posición perdiéndose en el bosque, es encontrado por los gendarmes, juzgado y fusilado. Bossis, matarife, que cae en la trinchera empujado por la explosión de un calibre 105 contra el filo acerado de su zapa. Padioleau, carnicero, que pierde la vista a consecuencia de la gasificación.


            Echenoz con un lenguaje preciso e inteligible a la primera, podado de lo innecesario, con capítulos que son como secuencias extraídas de una película, imágenes construidas con palabras, buscando el ritmo y musicalidad de la frase, de los nombres de los personajes, de cada palabra, sin que se note la labor de documentación que hay detrás, documentos familiares, libros escritos por combatientes, literatura de guerra, se sirve de muy pocos elementos para construir su historia que es al mismo tiempo la historia de unos hombres con nombre y circunstancia, arrastrados al campo de batalla, a la muerte o a la invalidez, y un alegato moral contra la guerra, sin levantar la voz o elaborar argumentos complicados. Echenoz o el arte de la novela.


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