
Por lo demás, retoma el
autor a sus personajes allí donde los dejo en Al morir don Quijote, haciéndolos trabar
amistad y familia a Sancho con el ama, a Sansón Carrasco con Antonia, la
sobrina de don Quijote, perseguidos por enemigos brutos como el mozo Cebadón, astutos y malévolos como el escribano De Mal o redoblados tontos como los duques, aquellos que se habían reído de Sancho dándole una isla y nombrándolo gobernador y hasta el bandido Ginés de Pasamonte que va cambiando de nombre sin faltar nunca a su condición. La novela recrea tres escenarios, la
Mancha por la que pasearon Cervantes y sus personajes , la
Sevilla barroca y pícara del setecientos y las Indias dislocadas por su naturaleza y la lejanía del poder de los asutrias. Pues no, esta novela, no sé si es suficiente excusa que haya aparecido tarde en las librerías del 2014, no aparece en las listas de los mejores libros del año. Yo la tengo por una de las mejores, sino la mejor.
En pocos escritores acompaña mejor la lengua que en estos libros a los personajes, al fluir de la vida verosímil, tan auténtica que llega a desaparecer en el curso de la lectura, aunque no tanto como para no tener que señalar las palabras que uno desconoce y que sin embargo no se ven como objetos extraños sino habitantes de ese mundo en el que uno se ha puesto a vivir con total normalidad, que revitaliza el lenguaje que ahora mismo hablamos. Me sucede como con los escritores caribeños y mexicanos que tan nuevo me hace sentir el español, como este AT que lo renueva en las fuentes del XVII.
En pocos escritores acompaña mejor la lengua que en estos libros a los personajes, al fluir de la vida verosímil, tan auténtica que llega a desaparecer en el curso de la lectura, aunque no tanto como para no tener que señalar las palabras que uno desconoce y que sin embargo no se ven como objetos extraños sino habitantes de ese mundo en el que uno se ha puesto a vivir con total normalidad, que revitaliza el lenguaje que ahora mismo hablamos. Me sucede como con los escritores caribeños y mexicanos que tan nuevo me hace sentir el español, como este AT que lo renueva en las fuentes del XVII.
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