miércoles, 26 de noviembre de 2014

Ricardo III, en el Español




            Por qué fracasa esta versión del Ricardo III en el Español. Probablemente haya más de un motivo, la reducción de la obra del gran dramaturgo inglés a una especie de highlights, la concentración de la acción, por parte de Sanchis Sinisterra, la escenografía oscura, llena de veladuras,  monótona, la acentuación del carácter negativo, trágico, sin pausas ni interludios, el aire pesimista, negro, a pesar de algunas frases mordaces, burlescas, en boca del sanguinario rey, qué sé yo. Creo que el problema más importante son los actores, no dan la talla o no están bien dirigidos o no pueden con el inadecuado texto. Se salva Asunción Balaguer, que acaba de cumplir 89 años, que se lleva un merecido aplauso tras su largo primer gran parlamento, y alguna otra como Ana Torrent y Lara Grube. En general son blandengues, sin fuerza ni convicción, no encarnan personajes creíbles. Parece como si el Español estuviese haciendo una obra de caridad, un homenaje, con alguno de ellos. Nada más salir Juan Diego al escenario se ve que aquello no va a funcionar, compone físicamente bien al personaje que tengo en la memoria de otras veces, hace un enorme esfuerzo por ser Ricardo III, pero el actor teatral es ante todo voz y al actor se le ve gastado, sin fuerzas, sin voz para declamar, hay veces que apenas se le entiende y sin voz no hay lo que debería en su personaje, maldad, perversión y seducción, crueldad y cinismo. No sé cuál es el problema, puede que de tipo personal, quizá sea una indisposición temporal, algún problema del día, no sé, pero no funciona. No quedo perturbado, nada me espeluzna ni sorprende, nada me remueve, nada ha sucedido que me cambie, que sea yo en algo diferente a cuando he entrado en la sala. El director, Carlos Martín, no ha sido capaz de verlo y poner remedio. El espectador sufre por lo que sucede en el escenario, por esos actores que se mueven como sombras de otro tiempo, indistinguibles, indiferenciados, expresando sentimientos parecidos, diciendo palabras semejantes. En otra época, sin embargo, el público no hubiese sido tan respetuoso, aplaudiendo en vez de mostrar su descontento. También me gustaría saber en que consiste la actualización llevada a cabo por Sanchis Sinisterra. He visto otros Ricardo III, completos o casi completos, sin actualizar, no me había aburrido escuchando y viendo el texto de Shakespeare, no había sufrido por los actores, cosa que sí me ha pasado con esta adaptación.

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