Colm Tóibín da una conferencia sobre la estancia de George
Orwell en la Barcelona
de 1936 y 1937, en el CCCB de Barcelona. Hay que pagar por entrar a escuchar,
tres euros. Sin embargo, la sala está llena. El escritor irlandés se esfuerza
por situar Homenaje a Cataluña en el contexto. La dificultad de
encontrar testimonios fuera de la historia oficial, de los manuales de los
historiadores. Algunos sin embargo lo han intentado. Habla de autores que han
tratado con veracidad la guerra civil. Sitúa a Orwell como observador implicado
en los sucesos de mayo del 37. Más tarde, Tóibín habla de su llegada a
Barcelona en 1975 cuando Franco daba sus últimas bocanadas. Por fin, extrae
lecciones de la postura de Orwell ante la guerra, ante los sucesos de mayo.
Habla de complejidad, de la dificultad de entender, por ejemplo, la posición de
los anarquistas.
La gente,
joven en general, sigue la charla en silencio y con unción. Llega el turno de
preguntas. Un hombre joven habla. ¿Se puede hablar de guerra civil? ¿Es que la lucha era dentro de un país? ¿Qué significa que la clase media, representada por la Generalitat y ERC, luchara
contra los anarquistas y el POUM de Andreu Nin hasta destruirlos? El hombre
dice que no era así, era España quien luchaba contra Cataluña, España quería la
destrucción de Cataluña. Colm Tóibín responde como puede, que sí, que había
otros países, que lucharon alemanes e italianos, pero que de lo que él hablaba
era de la guerra dentro de las familias, eso es para él guerra civil. Entonces
el presentador, un Miquel Berga, interviene para apoyar lo que acaba de decir
el hombre del público. Según el libro de Jaume Miravitlles, al que Tóibín se ha
referido, los anarquistas eran de origen murciano. Lo dice sonriendo. No ha
prestado atención a lo que el escritor irlandés ha dicho.
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