Un hombre
desnudo mira por la ventana. El cielo es uniformemente gris, gris perla. No
llueve. Ayer lo hizo todo el día, una lluvia constante. El hombre recuerda los
días que como ayer o como hoy ya están en el pasado. Cochecitos, correteos,
voces. Se reprocha no haber disfrutado con intensidad de aquellos momentos,
como no disfruta plenamente de este silencio puro que penetra la mañana. Una
fina columna de vapor que sale de una chimenea se deshace de inmediato, antes de
que se desperecen los que no tienen recuerdos y no saben que una mañana de
navidad se reprocharán igual que el hombre desnudo no haber disfrutado con intensidad
de un día como hoy.
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