¿Qué nos da placer? Por supuesto las actividades únicas,
irrepetibles, aquello que no hacemos habitualmente, lo que nos saca de la
rutina o las actividades que exigen esfuerzo, atención, concentración y también
un cierto riesgo. También las que nos ofrecen una cierta diferencia por
comparación, las que nos permiten mostrar una cualidad que escondemos habitualmente
por la que queremos que se nos reconozca. Hay muchos campos en los que el hombre
busca placer, algunos de ellos están asociados al sufrimiento, el sufrimiento paradójicamente
es una fuente de placer que se obtiene en el momento y justo después de padecerlo.
Así que un día en que se anuncian las furias de la
meteorología es un buen día para andar a la caza del placer. La montaña, la
nieve, la ventisca, el frío, el desnivel que se salva, la dificultad de la
pendiente y del hielo que resbala bajo la nieve, la cresta y el paisaje que sólo
se ofrece a la dificultad y al esfuerzo y luego la bajada dejándose resbalar,
dejándose caer sobre la superficie blanca y mullida.
También la lasitud, el
dulce cansancio del día después.
Y por supuesto la conversación que se mantiene con gente con
la que no conversas normalmente, mostrando tu cara buena, la pequeña
solidaridad del esfuerzo compartido, la atención que te prestan, la que tú
prestas.
León, Villamarín, la carretera cortada hacia Brañacaballo, Fontún,
el pico de Fontún, una hermosa mole recortada en lo alto, tras la ligera bruma
de los copos retorciéndose en el aire desde la carretera, relativamente fácil
en su primera mitad, a pesar de las rachas de viento, de la ventisca que golpea
los ojos, más difícil por la pendiente en la segunda parte hasta coronar y
contemplar y mirar hacia abajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario