viernes, 20 de julio de 2012

CaixaForum de verano


            A poco que frecuentemos las exposiciones de los grandes museos o las representaciones teatrales pagadas con fondos del Estado o de grandes empresas vamos a ver cómo se traslada la actual decadencia de España al ocio de relumbrón al que estábamos acostumbrados.

Foto: Pepo Segura - Angle Editorial Bodega de Gandesa

            Paseo por las exposiciones que CaixaForum de Barcelona tiene en cartel y la decepción no puede ser mayor. No pude en su momento acercarme a ver la que le dedicaron a Goya, pero lo que ahora hay en sus salas es de tercer nivel. Fotografías –pocas- esquemas y algunas entrevistas conforman Cellers -Bodegas-, una aproximación al mundo del cooperativismo catalán en el sector del vino, cuando a comienzos del siglo XX los pueblos vitivinícolas se lanzaron a construir una serie de bodegas , cuyos edificios se inscribían en la senda del modernismo. La exposición llama a esas bodegas agosaradament catedrales del vino. En realidad, el vuelo bajo de la muestra indica la falta de ideas de los responsables, o mejor, la falta de recursos para emprender proyectos mayores. Lo más llamativo de lo que he visto, mientras paseaba, era señoras mayores y algunos jóvenes que reconocían con gritos a su pueblo en las fotografías. Salva la muestra una película o documental con ambición cinematográfica que recorre el proceso de transformación de la uva en caldo.

            Peor aún es la muestra que se dedica a Ángel Ferrant, con dibujos y unas pocas esculturas, en el espacio que la entidad tiene para el arte de casa nostra. Aparte del aburrido conserje que daba los buenos días con voz apagada, cuatro personas la visitaban cuando yo entraba en la sala. Una señora con un carrito de bebé que ha entrado y salido como una corriente de aire y una pareja de jóvenes que no he podido saber cuánto tiempo le han dedicado porque salían cuando yo entraba. Lo que puedo decir es que nada de lo que cuelga en las paredes convalida la frase de presentación: “Ángel Ferrant es uno de los grandes nombres del arte de vanguardia de nuestro país”. Una tendencia inesperada, pues, hacia el localismo que espero que sea pasajera.

Du Zhenjun, Winds, 2010

            Más ambiciosa, de más empeño, es Torres i Gratacels, de Babel a Dubai, pero tan ambiciosa como fallida desde mi punto de vista. Partiendo del mito bíblico de la Torre de Babel se hace un repaso a las construcciones que a lo largo de la historia han querido horadar el cielo hasta llegar a la actual pelea por construir la torre del kilómetro. Unos pocos cuadros en torno a la torre de babel, no muy significativos, entrevistas a críticos de arte y arquitectos, fotografías proyectadas y unas cuantas maquetas es lo que se ofrece a un espectador que probablemente esperaba mucho más. Eso es la exposición, en la que no encuentro una idea fuerza, más allá de la fascinación por la verticalidad, que la haga atractiva, que me haga detener y reflexionar. Sin duda, CaixaForum ha vivido momentos mejores.

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