1. Si alguien piensa que la presidenta Aguirre quiere privar de
rebeldía a quien acuda a un campo de fútbol a desfogarse hierra. Pide que se suspenda la Copa de España si hay pitada. Ella sabe que
no hay mejor válvula de escape, más barata y eficaz, que mentar a la madre del
árbitro o, ya puestos, a la madre patria en un acontecimiento de masas, donde el individuo desaparece en el tumulto.
Lo romanos lo inventaron. Aguirre lo sabe, agita la polémica para seguir en el
candelero, a la expectativa, por si el PP necesitase una lideresa.
2. Los movimientos juveniles han servido como sistemas de
reproducción de la clase dirigente, allí donde los hijos de la clase dirigente
se fogueaban para sustituir a papaíto cuando llegase el momento (Véase a estos enojados mexicanos). El 11-M ha
sido peculiar, inteligente, honesto, y quizá por eso no ha acabado de chutar, porque los jóvenes,
conociendo el percal del pasado, han impedido que los listillos subiesen al púlpito.
Por eso no ha recabado el apoyo del PSOE, del País y demás medios del poder establecido.
3. Y los nacionalistas como la Aguirre: "Será un espectáculo deportivo y plurinacional", dice el Gobierno catalán.
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